Hace cuatro año ingresaba al ranking de libros más vendidos un nuevo volumen llamado Un veterano de tres guerras, cuya portada era un retrato en sepia de un desconocido militar de bigote grueso. Sus páginas contenían las aventuras de José Miguel Varela, un abogado y oficial del Ejército chileno fallecido en Valdivia en 1941, a los 84 años, quien había participado en campañas en la Araucanía, en la Guerra del Pacífico y en la Guerra Civil de 1891.
Era el comienzo del boom editorial de la no ficción, y detrás de ese éxito impreso por la editorial de la Academia de Historia Militar estaba el escritor Guillermo Parvex (64).
"Sinceramente, jamás esperé que este libro se empinara tan alto y que se convirtiera en un longseller", comenta hoy Parvex sobre Un veterano..., que desde agosto distribuye Ediciones B, del grupo Penguin Random House. "Atribuyo esto a las características de Varela, que por su integridad, honestidad, entrega, y humildad se ha convertido en un personaje muy querible, especialmente en tiempos de pérdida de confianza en las principales instituciones de nuestro país y en muchos personajes públicos", agrega Parvex sobre el protagonista del volumen que ha vendido más de 100 mil copias; reconocimiento que le ha permitido publicar Servicio secreto chileno en la Guerra del Pacífico (2017) y 1978, El año que marchamos a la guerra (2018). En este último, el autor, quien integró el Ejército a los 24 años, narra su experiencia en el conflicto de soberanía entre Chile y Argentina, de hace 40 años.
A inicios de noviembre, Parvex viajó a Perú para presentar La muerte acampa en Chorrillos en la librería Ibero Larcomar, en Miraflores, Lima. El ejemplar -impreso solo en el país vecino- es una sección de Un veterano... y aborda la ocupación chilena en Lima, en enero de 1881.
-¿Fue cruel y sangrienta la ocupación chilena en Lima?
-La ocupación de Lima, tal como lo relato en Un veterano... y Servicio secreto... fue una ceremonia. No se disparó un solo tiro durante la ocupación de la capital peruana. Las tropas chilenas ingresaron desfilando, como en una parada militar. Los peruanos contemplaron este ingreso en silencio y los extranjeros los aplaudían desde los balcones. Los soldados chilenos fueron recibidos como los salvadores de la ciudad, ya que con prácticamente su sola presencia, pusieron fin a los saqueos, asesinatos e incendios, que estaban promoviendo casi cinco mil militares peruanos que desertaron de sus regimientos luego de la completa derrota en la batalla de Miraflores.
-Usted dice en el diario peruano La República que los "principales saqueadores fueron los chinos".
-Yo les señalé que "los principales saqueados" fueron los chinos, cuyos comercios y casa fueron arrasados por los soldados peruanos dispersos que huyeron desde Miraflores. Lo hicieron en represalia por la ayuda que los chinos brindaron al Ejército chileno. Pero la soldadesca peruana, ebria y descontrolada, no se contentó con arrasar con las propiedades de los chinos, sino que dio muerte a más de medio millar de orientales, además de destruir y robar comercios de italianos, franceses, españoles y de propios peruanos.
-¿Cómo es haber pertenecido a un Ejército hoy tan cuestionado?
-Estuve en el Ejército en forma circunstancial, primero haciendo mi servicio militar como estudiante y luego como oficial de reserva por un brevísimo período. Por tanto, mi opinión es la de un ciudadano más. Por cierto, como chileno, me duelen situaciones provocadas por personas que tanto daño han causado a la imagen de una institución que es parte de nuestra nación y patrimonio de todos. Espero que en el futuro el Ejército, a través de procedimientos transparentes y de un eficiente control interno, pueda recuperar la confianza ciudadana y volver al sitial que le corresponde como institución fundamental del país.
-¿Por qué cree que ha prevalecido el boom de la no ficción?
-Estimo que este fenómeno -aunque peque de poco modesto- se inició con Un veterano..., a mediados de 2014. Este boom obedece a una fuerte necesidad de los lectores por saber más de nuestra historia, contada en forma más amena, pero no por eso menos rigurosa. Hay muy poco conocimiento de nuestra historia, dada la escasa importancia que se le da a su enseñanza en la educación chilena, lo que ha causado una avidez por saber más de nuestro pasado, pero no a través de textos académicos, que no son de fácil lectura.