Era sólo una cuestión de tiempo. Con diez millones de ejemplares vendidos de su tetralogía de novelas Dos amigas (2011-2014) en todo el mundo, la prosa de la escritora italiana Elena Ferrante (1943) sólo esperaba el mejor postor para encontrar una reencarnación en la pantalla. Finalmente y acorde a la tendencia de los tiempos, la oferta vino de la televisión, el medio que al parecer mejor conecta con el espíritu de las largas narraciones. En el caso de las cuatro obras de Ferrante se trataba de 400 páginas por novela, una tarea sólo apta para HBO en el mundo y la RAI en Italia, que ofician como productores de la serie My brilliant friend.
En rigor, My brilliant friend es la adaptación de La amiga estupenda, la primera de las novelas de Ferrante: se trata de ocho capítulos de 50 minutos de duración y los dos primeros debutarán por las pantallas de HBO en Chile este domingo y lunes a las 22 horas respectivamente. Dirigidos y adaptados por el cineasta italiano Saverio Costanzo (La soledad de los números primos, 2014), las ocho partes son sólo la primera entrega de una megaserie de 32 episodios, que cubrirá toda la historia de las amigas Elena y Lila, desde los años 50 hasta nuestros días.
Los dos capítulos ya fueron exhibidos en el último Festival de Venecia con muy buenas críticas y el pasado fin de semana fue el debut en la televisión estadounidense, también con reseñas positivas. La opción de un sólo realizador para todo (en lugar de uno por episodio, el modo dominante en Estados Unidos), le otorgó una coherencia que sintoniza con la visión de Elena Ferrante, que colaboró desde lejos.
¿Por qué desde lejos? Porque Ferrante es un caso casi clínico de reclusión: nadie conoce su rostro, casi no da entrevistas y ni siquiera está claro si es hombre o mujer. Publica desde el año 1991 y a propósito de la serie de HBO aceptó conversar por mail con el diario italiano La Repubblica.
"No tengo la capacidad para trabajar en cine o televisión", dijo al periódico. "Lo que hice en esta oportunidad fue discutir algunos aspectos del guión con el director Saverio Costanzo y sus colaboradores: hacer sugerencias si era necesario", especificó la autora nacida en Nápoles.
La gran ciudad italiana del sur es la cuna de la historia de My brilliant friend: tras enterarse de la desaparición de Lila, su amiga Lenù comienza a escribir en un computador sus años juntos de infancia, cuando ambas compartían historias, alegrías y urgencias en la empobrecida Nápoles de los años 50. La serie registra los años infantiles, adolescentes y de temprana adultez de ambas, siempre con el telón de fondo de una ciudad violenta, corrupta, pero a menudo entrañable.
Con el paso del tiempo (o sea, de las novelas y de las series que seguirán a esta), se cuentan las vidas de la esforzada Lenù y la perspicaz Lila: una emigrará a Milán y escribirá; la otra se casará con un buen partido y sufrirá el golpe de la injusticia.
Espionaje de autor
Siguiendo con la tendencia de series dirigidas y adaptadas por un sólo realizador, La chica del tambor (1984) de John Le Carré (1931) encontró en el más impensado de los directores a su nuevo traductor a imágenes: el realizador coreano Park Chan-wook, un cineasta autoral, ganador del Gran Premio del Jurado en Cannes 2003 por Old Boy.
Si en aquella producción de culto, Park retrataba con una muy estilizada violencia las horas de angustia de un hombre que salía en libertad tras 15 años de secuestro, en La chica del tambor la acción es a fuego más lento. Se trata de seis episodios de 55 minutos en que el coreano detallan las lentas y laberínticas maquinaciones del agente israelí Martin Kurtz (Michael Shannon). Él es quien recluta en 1979 a la actriz inglesa Charlie Ross (Florence Plugh) con el objetivo de dar con el paradero de un terrorista palestino de alto calibre. La decisión de que sea actriz tiene que ver con su capacidad para hacerse pasar por otra persona, en este caso por la novia de otro radical palestino.
En la serie, las líneas entre realidad y ficción tienden a confundirse de una manera sugestiva y compleja, como suele pasar con las buenas adaptaciones de Le Carré. Exhibida en el Festival de Londres y estrenada este lunes en la televisión estadounidense, la producción logró muy buenas críticas. Por ejemplo, Roslyn Sulcas, de The New York Times, afirmó que "creaba un magnífico tono de paranoia y amenaza, con detalles de época perfectos".
Siguiendo el camino de las propuestas de Saverio Costanzo y Park Chan-wook, el realizador italiano Giacomo Battiato estrenará en el primer trimestre del 2019 El nombre de la rosa, miniserie de ocho capítulos basada en la novela homónima de Umberto Eco. Bestseller internacional y objeto de una popular adaptación fílmica en 1986 con Sean Connery y Christian Slater, la extensa novela de Eco se adentra en las investigaciones que un monje franciscano realiza en 1327 a propósito de un serie de crímenes en una abadía benedictina en el norte de Italia.
La inminente superproducción es financiada por la RAI, al igual que My brilliant friend, pero a diferencia de aquella el elenco es internacional, un poco en la línea de la película de Jean-Jacques Annaud: John Tururro es el sacerdote detective y lo secundan, entre otros, Rupert Everett y Michael Emerson.