Hace casi un mes se liberó la sexta y última temporada de House of cards en Netflix. La serie se estrenó el 2013 como el primer contenido original de la plataforma de streaming. En primera instancia, la serie obtuvo bastantes elogios y posicionó a Netflix como un nuevo competidor en la industria.

Seis temporadas después, la serie no logra repuntar ni encantar como en la primera vez. ¿Afectó realmente la ausencia de Kevin Spacey? Sí, pero principalmente porque ningún personaje logró un desarrollo profundo que nos permitiera olvidarnos de su protagonista original.

Una gran profesora que tuve se refería a las series como "el reino de los personajes". Al analizar cada serie, me doy cuenta que es increíblemente cierto. En general apreciamos las películas por las peripecias que sufren y superan los personajes principales, no necesitamos amarlos ni comprometernos demasiado (al fin y al cabo, es un compromiso de dos horas).

Pero cuando se trata de una serie, el conflicto se desarrolla a través de los capítulos por lo que la decisión de ver la temporada completa llega entre el capítulo 3 al 8 (según algunos estudios de Netflix). ¿Cómo logran volvernos fans apasionados? Gracias a los personajes, con una personalidad seductora, verosímil e intrigante.

Frank Underwood, interpretado por Kevin Spacey, logró seducirnos por su actuar maquiavélico, calculador y sus monólogos a cámara. En su búsqueda del poder, contó con distintos aliados que se convirtieron en amigos (o al revés). Sin embargo, sólo un personaje se mantuvo completamente fiel a Underwood durante los 73 capítulos de la serie: Doug Stamper.

Doug en sí mismo es un personaje intrigante, con su tono de voz que parece un susurro violento, su impecable manera de vestir en cada capítulo, y una constante soledad. Sabemos que es un alcohólico que siempre está en la cuerda floja con respecto a su vicio.

Vive solo, y trabaja 24/7 para los Underwood. Solucionó muchos problemas chanteajando, torturando y… matando otros personajes.

¿Esconde algún interés? No, es pura lealtad.

La lealtad en sí misma no es extraña y se clasifica como un valor positivo. Sin embargo, series como House of cards muestran a todos los personajes "chaqueteando" a otros. Es claro que la lealtad es relativa y los objetivos personales son superiores a los ideales políticos. Entonces, ¿cómo es que un personaje como Doug, con una moralidad cuestionable, mantiene tanta lealtad a Frank Underwood?

Esperaba obtener esa respuesta mientras veía las últimas temporadas de la serie. Los conflictos principales ya no me interesaban tanto, pero ya había invertido varias temporadas de tiempo… esperaba, como mínimo, obtener la respuesta lógica a esta pregunta.

En un momento me cuestioné si Doug estaba enamorado de Frank. Durante toda la serie, Doug no cultivó afectos estables ni relaciones románticas sanas (ejemplos claros son Rachel o Laura Moretti). Sin embargo, cada escena de Doug y Frank está más cerca de la imagen de un hijo que nunca quiere decepcionar a su padre. Pero no, el lazo que une a Doug y Frank tampoco es familiar.

En la última temporada al fin nos enteramos qué hizo Frank por Doug: lo desintoxicó. Sin embargo, la escena donde Doug relata este secreto no logró emocionarme. Pienso que esto se puede deber a que:

No logramos entender la gravedad del alcoholismo de Doug previo a la ayuda de Frank.

Tampoco conocemos que llevó al alcoholismo a Doug.

Doug se muestra como un personaje calculador, poco cercano a sus emociones. Llevo más de 40 horas invertidas en esta serie ¿Qué te cuesta mostrarme un poco de vulnerabilidad?

Recuerdo como siempre se critica a sitcoms como Friends diciendo que "nunca los vemos trabajar". En el caso de House of cards, la ausencia de vida personal de cada personaje es angustiante. ¿Es que acaso nadie tiene un hobbie? ¿De verdad tu vida gira en torno a la presidencia de alguien más? No hay problemas con eso en realidad, pero si quieres que me comprometa con tu historia vas a tener que darme algunas razones para entender tu actuar.