La partida de Bernardo Bertolucci, dada su magnitud en el mundo del cine, obliga a realizar retrospectivas para analizar su trabajo. En esa tarea, es que diversas figuras se han referido a cómo es trabajar mancomunadamente con él. Uno de ellos es el histórico Ennio Morricone.

El compositor italiano, quien participó en la banda sonora de Novecento, afirma en su biografía En busca de aquel sonido: mi música, mi vida que "lamento mucho no haber hecho El último emperador (1987). Creo que Bertolucci es uno de los mejores directores de cine italiano de todos los tiempos".

Sobre la misma Novecento, Morricone la considera como "una de las mejores de Bernardo, una obra que, a pesar de rasgos temáticos profundamente italianos, logró cruzar nuestras fronteras, cosechando una enorme aceptación en el mundo. Lógicamente, cuando se llega a un público tan amplio se reciben tanto críticas como elogios, pero por aquel entonces tuve la impresión de que hubo quien tergiversó la película".

Ambos trabajaron juntos también en películas como La historia de un hombre ridículo, La luna, Partner y Antes de la revolución.

Sobre cómo el director concebía las melodías para una película, el compositor de La misión cuenta que "Bernardo tenía una manera muy sugerente de explicarme el tipo de música que quería: con frecuencia recurría a combinaciones con colores, esto es, a sinestesias, o trataba de describir el 'sabor' de la música que tenía en mente".