Portugal nunca toma el camino fácil. Al inicio de la década, en plena fiebre electropop chilena, la banda se dio a conocer con un disco que le debía más a Death Cab for Cutie que a Los Prisioneros de Corazones. Titulado Viajes de memoria, su debut mostraba la inmensa sensibilidad de su líder, Mariano Hernández, un estudiante de medicina bendecido con el don de la melodía que, fiel a su entraña, dio un giro en su segundo disco. Más críptico y afligido, marcado por el duelo de Hernández tras la muerte de su abuelo, Kaipaan sinua del 2013 lleva un nombre en finlandés que significa "te extraño" y fue lo último que publicaron los sanantoninos hasta agosto pasado, cuando volvieron con Los antiguos astronautas.
El silencio de un lustro se debió en buena medida a los estudios del frontman. Su internado lo tuvo fuera de las pistas: "Pasé dos años de claustro en los que no pude tocar. Estaba en una casa llena de doctores y yo ahí con mi guitarra eléctrica". En sus aficiones encontró un refugio durante ese período: "Rayé con Gravity justo en un momento en que el espacio se me aparecía harto en la cultura pop que estaba consumiendo, empezó a rodearme. A mí me encanta el sci-fi, el animé, todo ese mundo, todas esas historias. Siempre leo sobre aeronáutica y proyectos espaciales de la vida real, a veces son más increíbles que la ficción".
Acaso como una reacción a tanta exactitud científica, alimentó su interés por lo paranormal mirando Alienígenas ancestrales de History Channel, donde descubrió un vocablo ufológico que lo atrajo. Se trata de OOPart, acrónimo en inglés para out of place artifact, es decir, artefacto fuera de lugar, un término referido a objetos hallados en contextos donde su existencia sería tecnológicamente imposible. El clásico programa de la televisión por cable inspiró a Hernández: "Es súper amarillista, pero me encanta aunque quiera hacerte creer que todos los OOPart son extraterrestres. Viéndolo, me puse a pensar que los OOPart los podríamos haber hecho nosotros los humanos, gente de un pasado del que no tenemos idea".
Los antiguos astronautas de los que habla Portugal, explica, somos los tripulantes de esta gigantesca nave, la Tierra. Hernández se explaya: "El concepto es que hay humanos antiguos y avanzados, sobrevivientes de viejas civilizaciones desconocidas que son capaces de contactarse con nosotros". Para plasmar su visión, asumió un nuevo nivel de compromiso y dificultad a la hora de hacer las canciones. Aunque en el producto final solamente se esboza de forma subrepticia, la banda emprendió un trabajo de investigación sobre los sonidos del espacio captados por satélites. Además, todas las letras están escritas desde la perspectiva de un OOPart cuya función es observar el devenir de nuestra civilización a través del tiempo.
Atacama en 4K
El vuelo creativo que tomó Portugal se convirtió en uno de los buenos lanzamientos del 2018, pero Mariano Hernández quiso ir más allá y ahora Los antiguos astronautas también es el nombre de un cortometraje de diez minutos que explora el mundo insinuado en el disco. Resumida por su autor, la historia es así: "Es una máquina, un OOPart, que viaja en el tiempo a buscar información genética para revivir a la humanidad porque, en el futuro, la humanidad no existe tal como la conocemos. La máquina convence a una mujer llamada Lucy-A de ir a un lugar donde puede obtener la muestra de sangre necesaria y mandarla de vuelta".
Los antiguos astronautas se divide en tres capítulos y cada uno de ellos funciona por separado como un videoclip. Las imágenes, capturadas en 4K en el desierto de Atacama, proponen diversos significados que se abren a la interpretación. "No solamente es sci-fi. También es la historia de una mujer que emprende un viaje altruista porque decide tomar una misión que no mucha gente tomaría. La máquina determina que Lucy-A es la persona apta para recolectar el material porque ella pone los principios por sobre la plata", explica Hernández.
El primer acto es "Pixel", una reflexión sobre las proporciones: "Habla sobre las cosas que para unos son significativas e importantes mientras que para otros son insignificantes y diminutas. Lo relacionamos con el tamaño del universo respecto al tamaño de nosotros. Somos pequeños, por eso Lucy-A acá está en el desierto". Una vez presentados los personajes y su misión, viene "Tiempos Violentos II", la travesía: "En su misión, Lucy A sortea obstáculos personales, tiene revelaciones y enfrenta su conflicto interno, que es qué careta ponerse para seguir funcionando en el mundo". El desenlace, del que es mejor evitar spoilers, llega con "Para todo nuevo canto", lo más cercano a un himno generacional que ha hecho el grupo en su década y fracción de carrera: "Esa canción la escribí pensando en un futuro hijo, en un descendiente, creyendo que le pueden servir algunas de las cosas que he aprendido. Es importante la información porque uno parte de más arriba cuando se para en otra persona".
La destrucción de la humanidad que vaticina el OOPart fue inspirada por una entrevista con un prototípico extraterrestre que circuló en YouTube, falsamente atribuida a los archivos desclasificados del Proyecto Libro Azul, una recopilación de estudios ovnis de la Fuerza Aérea de Estados Unidos entre 1952 y 1969. El alienígena asegura ser en realidad un descendiente de nuestra especie, viajero del tiempo y el espacio que llega a advertirnos sobre nuestra futura extinción. Pese a ser un fake, el video tiene un asidero en la realidad, en todo caso, cuando postula que el poder nuclear en manos de gente que obedece y busca imponer dogmas, tanto religiosos como políticos, supone un riesgo para toda la especie humana.
Aunque la premisa de su cortometraje podría sugerir lo contrario, la visión de Hernández (y por consecuencia la de Portugal) es más consciente que alarmista. De hecho, en ningún caso cree en nuestra completa extinción: "Cuando se acaba algo, siempre viene otro ciclo. Te mueres y te descompones, te comen los gusanos y vuelves a la tierra para formar parte de otras vidas". En el fondo, la experiencia musical y audiovisual de Los antiguos astronautas es, aparte de una revancha creativa luego de estudiar monásticamente, un epílogo del luto vivido en el disco anterior. Esperanza escuchar sus conclusiones: "La muerte no es el final. Si tiras cualquier cosa, sale un hongo y se pone a crecer. La maquinaria de la vida es cuática, busca salir de cualquier manera, siempre tiene la intención de continuar".
https://www.youtube.com/watch?v=PIkzjH66mg0