Este lunes es un día especial para la poesía chilena. Pablo Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971, condecoración que anteriormente ganó la poetisa Gabriela Mistral (1945).
Pese a que la noticia de la obtención del Nobel se conoció el 21 de octubre de 1971, el poeta chileno recibió el premio oficialmente un 10 de diciembre del mismo año, de manos del Rey Gustavo Adolfo en Estocolmo, Suecia.
En aquella ocasión, Neruda realizó un discurso, el cual rememoraba anécdotas de su pasado y repasaba los desafíos de los poetas.
"A menudo expresé que el mejor poeta es el hombre que nos entrega el pan de cada día: el panadero más próximo, que no se cree dios. Él cumple su majestuosa y humilde faena de amasar, meter al horno, dorar y entregar el pan de cada día, con una obligación comunitaria. Y si el poeta llega a alcanzar esa sencilla conciencia, podrá también la sencilla conciencia convertirse en parte de una colosal artesanía, de una construcción simple o complicada, que es la construcción de la sociedad, la transformación de las condiciones que rodean al hombre, la entrega de la mercadería: pan, verdad, vino, sueños. Si el poeta se incorpora a esa nunca gastada lucha por consignar cada uno en manos de los otros su ración de compromiso, su dedicación y su ternura al trabajo común de cada día y de todos los hombres, el poeta tomará parte en el sudor, en el pan, en el vino, en el sueño de la humanidad entera. Sólo por ese camino inalienable de ser hombres comunes llegaremos a restituirle a la poesía el anchuroso espacio que le van recortando en cada época, que le vamos recortando en cada época nosotros mismos", cuenta en uno de sus párrafos.
En su discurso, el poeta chileno relataba además que "todos los caminos llevan al mismo punto: a la comunicación de lo que somos. Y es preciso atravesar la soledad y la aspereza, la incomunicación y el silencio para llegar al recinto mágico en que podemos danzar torpemente o cantar con melancolía: mas en esa danza o en esa canción están consumados los más antiguos ritos de la conciencia: de la conciencia de ser hombres y de creer en un destino común".
Años atrás, otro escritor recibía el mismo galardón. William Faulkner se llevó el Nobel em 1950, y al igual que Neruda, realizó un discurso en Estocolmo el 10 de diciembre de ese año, aunque bastante más escueto que el poeta chileno.
"Considero que el hombre no sólo habrá de resistir, sino también de prevalecer. Y es inmortal no por ser el único entre los animales que está dotado de una voz inextinguible, sino por el hecho de poseer un alma, un espíritu capaz de compasión, sacrificio y resistencia. Escribir acerca de estas cosas es el deber del poeta, del escritor. Y es su privilegio ayudar al hombre a aguantar, inyectándole ánimos, haciéndole recordar el valor y el honor, la esperanza y el orgullo, la compasión, piedad y sacrificio, que han constituido la gloria de su pasado", afirmó Faulkner en 1950.
- Revisa el discurso de Neruda en Estocolmo completo en el siguiente enlace (créditos: Memoria chilena).
- Revisa el discurso completo de Faulkner (en inglés) en en el siguiente enlace (créditos: sitio web oficial de los Premios Nobel).