En octubre del año pasado, durante una tarde cualquiera en su casa en San Vicente de Tagua Tagua, Felipe Reyes (43 años, diseñador, cantante aficionado) recibió un llamado telefónico desde el otro lado de la cordillera. Era Charly Alberti, baterista y fundador de Soda Stereo, quien por esos días volvía a las portadas con Sép7imo día, el espectáculo del Cirque du Soleil inspirado en la música del grupo argentino. Para Reyes, fanático de toda la vida del trío bonaerense y líder de su más popular tributo en Chile, el primer contacto directo con uno de sus ídolos fue pura desazón. "Ya en 2016 le había escrito a uno de nuestros productores, diciéndole que teníamos que dejar de tocar sus canciones. Y ahora estaba muy pesado, insistiendo en que teníamos que dejar de hacer esto", cuenta. "Me dio pena, porque uno se saca la mugre para armar un espectáculo de primer nivel, a la altura de lo que fue Soda".
Por esos días, Reyes venía de hacer su segundo show en el Movistar Arena junto a Prófugos, quinteto santiaguino en el que se desempeña como frontman imitando a Gustavo Cerati, y que desde su creación, en 2008, ha repletado recintos como el Teatro Caupolicán y la Quinta Vergara, calcando los espectáculos en vivo que los trasandinos montaron en su carrera y reviviendo, por un par de horas, la magia en vivo de Soda Stereo. Pero como en el mito de Ícaro, en pleno ascenso a la cima, el llamado de Alberti marcó el comienzo del fin: este viernes 21, el grupo se presentará por tercera vez en el Arena -hito inédito para cualquier banda tributo local-, en la que será su sorpresiva despedida de los escenarios.
"Si te amenazan con demandas y todo eso obvio que te desmotivas. ¿Cómo me va a motivar hacerle un tributo a alguien que no está de acuerdo? Nosotros nunca pretendimos reemplazarlos, sólo traspasarle sus canciones a nuevas generaciones, y logramos convertirnos en un fenómeno", asegura Reyes, quien junto a sus compañeros prepara un show para decir adiós a lo grande. Una suerte de obra teatral en tres actos que combinará los repertorios de Soda Stereo en Viña 87, el del regreso de Cerati solista al Festival en 2007 (Ahí vamos) y, obviamente, el de El último concierto, la primera despedida del trío en 1997, la del célebre "gracias, totales".
Doble vida
Más allá de su cabellera ondulada, los rasgos de Felipe Reyes no son los mismos que los de Cerati (curiosamente guarda cierto parecido con Alberti), pero se ha esforzado por conseguir el efecto. En 2012, para el primer show "conceptual" de Prófugos (el Unplugged de MTV Comfort y música para volar), el cantante y guitarrista bajó 20 kilos. Hace tres meses, en tanto, se operó la nariz, para acomodarse al maquillaje que usa en vivo y "para que mi aspecto físico sea mas agradable para el público". Entre medio estudió todos los conciertos y entrevistas que alguna vez dio Cerati: además de cantar casi igual a la estrella argentina, Reyes trata de improvisar en vivo como éste lo haría hoy.
"Ya desde la época en que hicimos el Unplugged empezó a gestarse un grupo de asistentes permanentes a nuestros shows, que no son fans, porque Soda tiene fans y nosotros no, pero sí gente que nos quiere como personas, que nos han visto evolucionar; en mi caso, a alguien que bajó de peso, que aprendió con el tiempo a cantar medianamente bien", cuenta.
El éxito de Prófugos no sólo se tradujo en teatros agotados y fieles seguidores, sino también en cierta legitimación por parte de la familia Soda Stereo. Así, en la última década, han tocado en vivo con músicos como Fernando Nalé y Leo García, bajista y guitarrista de de Cerati en su etapa solista, respectivamente, y también con Richard Coleman, para muchos "el cuarto Soda". Además, en febrero de 2011, Reyes fue recibido en Buenos Aires por Lilian Clarke, la madre de Cerati, luego de un viaje en auto de 1.800 kilómetros junto a su suegra, su señora y su hijo "Gustavito" hasta la clínica ALCLA, donde el solista fallecería en 2014 tras cuatro años en coma. Dice que se produjo un momento especial.
"Todo esto lo voy a echar de mucho de menos, pero estoy cumpliendo con lo que me pidieron", se lamenta Reyes, quien aclara que durante todos estos años cumplieron con la normativa pagando un porcentaje de los ingresos de cada show a la SCD. "Cuando le pregunté a Alberti por qué nos perseguía sólo a nosotros, habiendo otras bandas que tocan su música, me dijo que era porque la gente cree que nosotros somos Soda Stereo. Zeta Bosio es más neutral, pero tampoco le gusta que llenemos teatros", cuenta el cantante, antes de colgarse el antifaz y la guitarra Jackson azul de su ídolo por última vez, y retomar el diseño y su vida de campo en San Vicente.