El viernes en la tarde, Benjamín Vicuña tomó un avión en Buenos Aires para aterrizar en Santiago, y así ayer en la mañana comenzar con el rodaje de El arte de callar. Se trata de una miniserie que será transmitida el segundo semestre del próximo año por Fox y TVN, tal como ocurrió en 2015 con Sitiados.
En la ficción, que se adjudicó un fondo del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) en 2017, el actor interpreta a Ricardo Berkowitz, un periodista que atraviesa un complejo momento personal, y que el mismo Vicuña lo describe como "un personaje maravilloso, muy potente. Él está atravesando una crisis importante en su vida, y tiene problemas de adicción con el alcohol y la cocaína. Está separado, tiene un hijo, y tiene también una crisis vocacional. Pero algo sucede, que pasa de ser un hombre común, que está sufriendo un hastío y una depresión grande, a vivir una vida completamente extraordinaria, de peligro".
La miniserie tendrá cuatro capítulos, en el Chile de los inicios de la década de los 90, y a través de ellos se profundizará en la vida de Berkowitz, quien trabaja para un diario, donde lo destinan a cubrir casos que tienen que ver con la noche, un área que, de alguna manera, a él no lo motiva ni lo realiza profesionalmente. Ahí aparece una trama basada en hechos reales, pero con matices de ficción. "En medio de toda esa crisis interna, Berkowitz se cruza con el caso de Jonathan Boyle, un periodista inglés que dispara en el asesinato en el Hotel Carrera, y que está vinculado a la prostitución. Se cruza accidentalmente con este asesinato, luego con otro hecho que lo involucra y lo compromete a hacer todo un seguimiento de todo este caso policial. Además, se topa con redes de tráfico de armas", cuenta Vicuña sobre la trama de la producción policial que dirige Nicolás Acuña (Los archivos del cardenal, El reemplazante, Sitiados). En ese camino, el periodista comienza a escribir, a hacer un seguimiento, lo que lo lleva a reencontrarse con su pasión y su oficio.
La historia transcurre en Santiago, Buenos Aires y Palmas de Mallorca, y en su primer capítulo aparecerá el atentado terrorista que sufrió la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires en julio de 1994, y que dejó más de 80 muertos y cerca de 300 heridos. "Ese es, más o menos el disparador de la historia, pero también está el lado humano, que es muy fuerte", dice el actor.
Uno de los personajes cercanos de Vicuña en El arte de callar es la española Goya Toledo (Amores perros), con quien el chileno trabajó en Los hombres de Paco, y que acá es una muy buena amiga. También aparece la colombiana Angie Cepeda (Pantaleón y las visitadoras), como su expareja y quien se está yendo a vivir a Estados Unidos con el hijo de ambos, algo que también perturba al periodista. Y, entre los nombres locales aparece también Daniela Ramírez, una prostituta con la que se involucra, en un principio, como estrategia para obtener información. Luego, se involucra sentimentalmente con ella.
"Tenemos un elenco internacional espectacular, y tengo la suerte de trabajar con ellos. También se está viendo la posibilidad de que el juez Garzón lo interprete Luis Tosar. Es un elenco que también tiene a Alejandro Goic y Claudia Celedón. En el diario, mi mejor amigo es Daniel Muñoz, y para mí es este un reencuentro maravilloso, porque hemos hecho tanta televisión y teatro juntos", asegura Vicuña.
Acá el actor es parte del elenco, pero tiene una función más, que es productor asociado. En sus manos ha estado, explica "que la serie pueda viajar, y tener puentes. Será emitida por TVN y Fox, y eso fue por las gestiones que hicimos con Nicolás Acuña. Hicimos toda una ronda de festivales y ferias de televisión, lo que nos llevó a hacer crecer la serie, y brindarle el elenco que tiene. Mi aporte y mi pretensión, es que llegue lo más lejos posible".
Entre el director y Vicuña existe una larga relación, y en los trabajos que han coincidido siempre han estado presente temas históricos, lo que para el actor que hoy vive en Argentina, dice es "clave", y sigue: "esta serie no le hace el quite a una problemática política compleja, pero muy bien contada, muy bien ficcionada, y con un tono de novela. Nosotros tenemos la convicción de que estos son productos que generan e instalan debates y hacen un aporte a la televisión".
-En esa misma línea está la película que filmará en 2019 y que habla de la tragedia de Antuco (2005). ¿Qué puede contar de ese proyecto?
-Ahí también estoy involucrado como actor y productor. Ayudando en esta película que cuenta esta tragedia que conmovió a todo un país. Es la historia de estas familias de los chicos que murieron en condiciones absolutamente ingratas e inhumanas. Creo que todos tenemos que aportar a que estas cosas no se nos pueden olvidar. Es una película a modo de tributo, un homenaje, pero también queremos escarbar en lo que sucedió, y tratar de entender las responsabilidades. Es una película muy ambiciosa en cuanto al presupuesto, porque es difícil ambientar el viento blanco, la tormenta de nieve. Acá vuelvo a trabajar con David Albala, con quien hice la película Pacto de fuga en el verano.
-La tercera temporada de Vis a Vis ha sido un éxito de audiencia en España. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Súper bonito todo lo vivido en Vis a Vis. Fueron varios meses yendo y viniendo, y también instalado en Madrid, por esta serie que está tan bien tratada. Vis a Vis existe en un momento muy oportuno, que tiene que ver con el empoderamiento de la mujer, y de la revolución que estamos viviendo como cultura, y que España, con esta serie, se hace cargo de eso, de esa demanda de igualdad. Superó mis expectativas en términos de audiencia. Ha andado súper bien, y estoy muy contento con el personaje, porque algo así no me había tocado. Es un tipo con ataque de ira, de violencia, que genera una relación perversa, de locura y amor, con la villana de la historia, que se llama Zulema. La verdad es que me ponen feliz todas las noticias que me llegan desde España.