Desde que el realizador belga Lukas Dhont (1991) leyó en un periódico el caso de la bailarina Nora Monsecour hasta que pudo hacer su propio largometraje sobre ella pasaron nueve años. Fue un tiempo fértil y movedizo: salió de su propio closet para aceptar su homosexualidad, pasó del colegio a la escuela de cine y esculpió su talento en tres cortometrajes que lo prepararon para su bautismo de fuego.

Aquel rito iniciático en términos profesionales y personales fue Girl (2018), filme dedicado a contar la historia de Nora, pero ahora bajo el nombre ficticio de Lara.

La película se estrenó este año en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes y fue un nocaut. Del desconocido y joven Dhont, entonces con 26 años, nadie sabía nada, pero Girl escaló rápidamente a los primeros lugares en las listas de preferencia del encuentro.

Al final del festival se fue con cuatro galardones: la Cámara de Oro a la Mejor ópera prima, el Premio de la Crítica, la Queer Palm a la Mejor cinta LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales, transexuales) y el Premio al Mejor Actor en Una Cierta Mirada para el sorprendente Victor Polster, de 16 años.

En la película el actor interpreta a Lara, una muchacha transgénero de 15 años que trabaja duro para ser bailarina de ballet. Al mismo tiempo está en un agresivo tratamiento hormonal antes de la operación que le significará cambiar de sexo masculino a femenino. Aparece en cada escena de la película y no pasará mucho tiempo antes que la cámara muestre un desnudo frontal. Tampoco antes de que le caiga encima el infalible bullying de sus compañeras.

Aunque en Cannes el filme fue celebrado unánimemente, su llegada a América detonó las críticas de la comunidad trans, en particular después de saberse que era la candidata de Bélgica al Oscar y que tendría su estreno mundial (incluyendo Chile) por Netflix el próximo 18 de enero.

Entre los principales reproches están la condición cisgénero (no transgénero) del actor principal y del director, pero también se ha reprobado "la perturbadora fascinación del director con el cuerpo trans" de la protagonista y la descripción de su tratamiento hormonal.

El crítico cultural especializado en temas trans Oliver Whitney publicó hace dos semanas una extensa columna en el influyente The Hollywood Reporter. En el título decía que Girl era un "daño para la comunidad transgénero" y que "enviaba el mensaje inexacto de que un tratamiento de reemplazo hormonal provocará más agonía a la persona trans".

En esa misma columna llamaba a que la Academia de Hollywood no seleccionara a Girl para el Oscar extranjero. Una semana después el filme fue nominado a los Globos de Oro, pero precisamente este lunes quedó fuera de las nueve preseleccionadas a los Oscar.

Con un nivel altísimo de aprobación por parte de la crítica estadounidense y europea, Girl fue celebrada además por la quisquillosa Cahiers du Cinéma, la prestigiosa revista de cine francesa que la definió como una película "capaz de dialogar con todos los adolescentes".

Justamente aquella virtud de diálogo fue invocada en la reciente entrevista que el director Lukas Dhont concedió al portal de cine Deadline. "La mayor fortaleza del arte es la empatía", dijo. Y sobre la elección de Victor Polster para interpretar a Lara agregó: "Las caracterizaciones en el cine son un puente. No queremos limitar a alguien a interpretar su propia identidad".

En aquella misma entrevista, Dhont citaba al realizador chileno Sebastián Lelio, director de Una mujer fantástica, filme sobre una mujer transgénero que este año se llevó el Oscar extranjero: "Sebastián Lelio El dijo algo maravilloso: 'El cine es un puente, nunca debe ser un muro'".

El cineasta chileno, que conoce a Dhont, tiene una clara opinión sobre la controversia suscitada por Girl. "Con él tuve una larga conversación sobre este mismo tema", dice Lelio a Culto. "Creo que Lukas Dhont ha sido injustamente atacado. Con la mejor de las intenciones, hizo una película sobre un personaje trans con un actor cisgénero. Lo han atacado en forma desproporcionada y eso es muy de estos tiempos, en los que el pensamiento fascista se cuela por las rendijas más inesperadas. Estoy totalmente con él, pues tiene todo el derecho ético a hacer un filme sobre alguien transgénero, pero con un actor cisgénero", sostiene el realizador que para Una mujer fantástica contó con Daniela Vega, que es transgénero.

Sebastián Lelio califica a Girl de "muy impresionante primera película y un retrato refinado del proceso de transición de una niña trans", una percepción que en general ha tenido también la crítica.

Sin embargo, a estas alturas la mejor aliada de Girl es la propia bailarina belga Nora Monsecour, la inspiración de la película. Así lo dijo ayer al portal de cine IndieWire: "Me ofende pensar que la gente cree que Lukas hizo la película desde su perspectiva cisgénero. Por el contrario: mi historia no es la fantasía de un realizador cisgénero. La historia de Lara es mi historia".

Luego, contundentemente, argumentó: "El director se interesó genuinamente en mí desde el principio. Trabajamos juntos desde el día uno".