La serie transcurre en Nueva York, plenos años 80, en la escena del Ballroom y el Vogue (para aquellos que seguimos fielmente Glee!, Pose es un bello remember con la musicalidad y el baile). Como mujer millenial cisgenero, no podría estar más alejada de todo este contexto. Sin embargo, Murphy consigue mostrar el complejo mundo de la jerarquía en una comunidad que es discriminada por el resto del mundo. No se trata solo de "posar", sino de entender que somos capaces de brillar aunque sepas que la vida te está jugando en contra.
Los personajes de Pose son principalmente mujeres trans y hombres homosexuales, afroamericanos o de ascendencia latina. Todos ellos son muy conscientes de que su identidad es despreciada por el americano común, pero luchan insistentemente por ser felices en una década donde se describe el VIH como el castigo merecido a esta "desviación".
Podríamos decir que Pose se hace cargo de los personajes que están "al final de la cadena alimenticia". Deja claro que los transexuales son maltratados por hombres héteros y homosexuales. Deja claro que la pobreza, la vulnerabilidad y el abandono han sido parte de la vida de cada personaje y deja muy claro que cada personaje debe sobrevivir en la jungla de cemento ocupando sus recursos, aunque eso implique la prostitución.
Blanca es una mujer trans que descubre que tiene VIH positivo, una enfermedad llena de incertidumbres tanto sobre su tratamiento o posibilidades de vida. En vez de tomarlo como sentencia, Blanca decide tomar el control de su vida y funda su propia Casa (si, las Casas no son solo de Game of Thrones). Blanca y sus hijes realizarán distintas performances en los Balls para ganar estatus en comunidad como la Casa de Evangelista.
Una de sus hijes es Angel, una mujer trans que comienza una relación con Stan, un hombre casado, con hijos y que trabaja en la Torre Trump (sí, el típico americano ambicioso que gasta más de lo que tiene) y confundido con respecto a lo que quiere en su vida. A través de la serie conocemos un poco más de la cotidianeidad de estas mujeres que lidian constantemente con complejos frente a su cuerpo y como el ser una mujer con pene las hace una "mercancía" para algunos hombres.
No está de más decir que Pose tiene el equipo más inclusivo de la actualidad, desde las actrices hasta quiénes están detrás de cámara. En la actualidad ya no se trata solo de mostrar una historia, sino también de un compromiso real de visibilidad de esta causa. Pose es de esas series necesarias para aquellos que aún piensan que la homosexualidad o transexualidad son modas o decisiones que cambian cada día.
Si hay algo que sabe hacer Ryan Murphy es jugar con la espectacularidad, la emoción y la celebración de la diversidad. En Pose, lo hace mejor que nunca.