La profesora que tiene a Hollywood a sus pies

Decía no conocer a Alfonso Cuarón antes de asistir al casting, y aceptó porque "no tenía nada mejor que hacer". Yalitza Aparicio, catalogada como la gran revelación del cine de 2018, se ha convertido en un ícono de reivindicación luego de protagonizar Roma, la película más aclamada del año.


El vuelco en general estaba bastante claro: el cineasta que tenía en su filmografía películas como Niños del hombre (2006) y Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004), había decidido dar un giro en su carrera luego de ganar el Oscar por Gravedad (2013), su incursión en el espacio con Sandra Bullock y George Clooney. No sólo volver a filmar en su país, donde había rodado por última vez hace casi dos décadas -Y tu mamá también (2001)-, sino que hacer una cinta personal, en blanco y negro, situada en su natal Ciudad de México, y sin estrellas en su reparto.

Lo que nadie daba por sentado hasta hace algunos meses es que la mujer que Alfonso Cuarón había elegido como protagonista de su octavo largometraje se transformaría en uno de los sucesos de 2018, acaparando elogios y siendo permanentemente mencionada como una de las mejores actuaciones del año. Y además, recibiendo lo que viene cuando la industria de Estados Unidos se encandila con una figura en plena temporada de premios: invitaciones a programas de televisión de renombre, apariciones en revistas y un boca a boca que bien podrían tenerla como nominada en la próxima edición de los Oscar.

Toda una atención que Yalitza Aparicio Martínez (26) jamás buscó. Una vez que ha saltado a la arena pública, la oriunda de Oaxaca ha contado que llegó casi de casualidad a protagonizar Roma, la película semibiográfica de Cuarón que acaba de estrenarse en salas y Netflix, y que luego de ganar el León de Oro del Festival de Venecia y liderar la mayoría de las listas de lo mejor del año, avanza firme para celebrar en los Premios de la Academia. Y de paso, sólo incrementar la visibilidad y la aclamación para esta profesora preescolar de origen indígena que llegó al proyecto de forma casual.

En que los caminos del director de Grandes esperanzas (1998) y la joven se cruzaran, de manera lateral, fue clave la intervención de la hermana de Aparicio, quien por lo avanzado de su embarazo no pudo asistir al casting que el equipo de la película realizaba en Tlaxiaco, su ciudad. "(Ella) estaba delicada y me pidió que pasara yo, y como me insistió tanto, lo tuve que hacer", le contó la protagonista de Roma a Jimmy Kimmel en su late show la semana pasada.

Con esa total falta de pretensiones, Aparicio hizo la prueba y se quedó con el rol protagónico, quizás el papel más apetecido que alguien que no proviene del mundo de la actuación podría aspirar en estos tiempos. Ella, de acuerdo a lo que contó Cuarón en una mesa de directores organizada por The Hollywood Reporter, habría dicho antes de aceptar: "No tengo nada mejor que hacer".

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Más allá de que no conocía al cineasta y no tenía experiencias actorales, viajó a Ciudad de México para pasar 110 jornadas de rodaje interpretando con delicadeza y naturalidad a Cleo, el corazón del filme: una nana puertas adentro que se ocupa de las labores del hogar y el cuidado de cuatro niños de una familia en los años 70, un personaje inspirado en una de las mujeres que cuidó a Cuarón en su niñez.

En la historia también tiene un peso importante Marina de Tavira (Falco, El señor de los cielos) como la madre del hogar que está a punto de colapsar producto de su separación. Pero el resto de personajes centrales los interpretan niños y Nancy García, amiga de Aparicio que encarna a Adela, la segunda nana de la familia y con la que tienen su propio mundo para confesarse, jugar y hablar en mixteco, su lengua originaria.

Toda la experiencia fue un salto a lo desconocido que ha sido reconocido sin pequeñeces, desde que llegara a Venecia a la alfombra roja para el estreno mundial del filme. La revista Time no dudó en su recuento de fin de año: por sobre nombres como Ethan Hawke, Lady Gaga o Rami Malek, determinaron que la mejor interpretación de 2018 la dio la protagonista de Roma. "Su actuación es el tipo de joya que un cineasta podría buscar por siempre y jamás encontrar", argumentó. The New York Times también la destacó entre sus favoritas de la temporada, mientras que Vanity Fair le realizó una sesión de fotos junto a las otras protagonistas y The Wrap la eligió para su portada.

Lo propio hizo Vogue en su edición para México de enero de 2019, que se dio a conocer la semana pasada, en que Aparicio usó un vestido Dior con referencias a la cultura mexicana, junto a la frase "In tiu'n ntav'i", que quiere decir en mixteco "ha nacido una estrella". Un hecho que fue elogiado por su resonancia en términos de la visibilidad a los pueblos originarios y que también recibió ataques racistas en redes sociales.

Pero la joven pareció responderles en el video que acompaña la sesión. "Luces, cámaras, alfombras rojas, portadas... Es por esperanza, por realzar el nombre del lugar de origen. Por inspirar", decía. The Guardian, recogiendo el impacto de la publicación, dio el testimonio de una mujer de 24 años de origen indígena: "Podemos continuar alzando nuestras voces y decir 'sí', como mujeres indígenas podemos ir a la televisión y salir en películas o aparecer en la portada de una revista. Es emocionante, pero también motivador".

"Tuve tanta suerte de haberla conocido. Ella es increíble", comentaba Alfonso Cuarón a The Hollywood Reporter. Y ciertamente, Aparicio ya es una revelación que trascendió la película y lo que sea que llegue a ocurrir en los próximos meses de galardones, vestidos y alfombras rojas.

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