Un fantasma recorre todas las conciencias liberales de Estados Unidos. Es el espectro de la frágil salud de Ruth Bader Ginsburg (1933), la jueza más progresista de la Corte Suprema, quien este martes dejó el hospital tras una operación para remover un tumor en sus pulmones y hace dos meses se fracturó tres costillas al caerse en su propia oficina. Pero a los 85 años y después de superar dos episodios de cáncer y una operación al corazón en los últimos 20 años, Bader Ginsburg parece haber perfeccionado el arte de domar las enfermedades graves.
El alta médica del 25 de diciembre coincidió con el estreno en Estados Unidos de la película La voz de la igualdad (2017), donde la actriz británica Felicity Jones (Rogue One: Una historia de Star Wars) personifica a la magistrada durante su juventud y primera madurez, enfrentada a un sistema judicial machista y a un clima hostil hacia los derechos civiles.
Temprana defensora de la igualdad de género en sus años de abogada, Ruth Bader Ginsburg representa actualmente el voto más disidente y del ala izquierda en la Corte Suprema estadounidense. De ahí la preocupación de las voces más liberales de EEUU: si muere, es probable que el presidente Donald Trump la reemplace con alguien cercano a su agenda política.
El filme de Mimi Leder (Impacto profundo) se estrena justo a 25 años de ser nombrada en el cargo por el presidente Bill Clinton, y a Chile llega el 7 de marzo, una semana después de la entrega de los Oscar. En ese momento también ya se sabrá la suerte que habrá corrido en los premios el documental RBG, que retrata el impacto mediático de la jueza en su país y también recoge sus propias palabras. Estrenado en el último Festival de Sundance, RBG (el título son las iniciales de la magistrada) se transformó en uno de los éxitos del cine independiente del año, con más de 14 millones de dólares de recaudación en EEUU. Además, la cinta de Betsy West y Julie Cohen fue elegida como el Mejor documental de 2018 por el National Board of Review y está pre-seleccionado al Oscar a Mejor documental.
Nacida en una familia judía de Brooklyn (Nueva York), Ruth Bader Ginsburg comenzó a brillar desde sus inicios. Estudió primero leyes en la Universidad de Harvard, donde conoció a su futuro esposo, Martin Ginsburg, y luego pasó a Columbia, desencantada con el trato discriminatorio que recibió en la primera institución.
Fue en esta época cuando desafió al conservador e intolerante decano de Harvard, quien le preguntó si no le parecía mal ocupar el lugar reservado a un hombre en el aula. Precisamente La voz de la igualdad parte en aquella época, cuando Ruth Bader (Felicity Jones) y Martin Ginsburg (Armie Hammer) se conocen. Con el paso de los años, liderarán varios casos y el primero es el de Moritz vs. IRS (Internal Revenue Service), donde ella apela ante la Corte Suprema para que un hombre (Charles E. Moritz) reciba beneficios económicos del gobierno y pueda cuidar a su madre enferma.
Hasta ese momento y a diferencia de las mujeres, los hombres solteros de EEUU no tenían esta garantía. Era un caso de discriminación en base al sexo (el título original del filme es On the basis of sex), y Bader Ginsburg logró revertirlo. Sagazmente convenció a una Corte Suprema integrada sólo por hombres, sentando un precedente que en el futuro beneficiaría a las mujeres, normalmente pasadas a llevar en los tribunales precisamente en base a su sexo. Por esos años también la abogada se transformó en una de las principales voces de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles.
La "notoria" RBG
A diferencia de La voz de la igualdad, el documental RBG llega hasta nuestros días, incluyendo sus victorias como litigante: Bader Ginsburg ganó ante la Corte Suprema cinco de los seis casos de discriminación de género en que intervino en los 60 y 70, incluyendo el de una mujer en la Fuerza Aérea.
En 1993 pasó a la Corte Suprema, transformándose en la segunda mujer en ocupar tal puesto tras la republicana Sandra Day O'Connor. En RGB, esta militante demócrata es vista en acción pública y privada, en el entretenimiento y en el trabajo, en sus participaciones como extra en la Opera de Washington y en sus argumentos a favor de la igualdad en las decisiones de la Corte Suprema.
También hay espacio para destacar la relevancia de su figura en territorios extra profesionales; sin ir más lejos, su apelativo de RBG derivó del nombre del blog y posterior bestseller Notorious RBG, que la abogada Shana Knizhnik escribió aludiendo al apelativo del rapero The Notorious B.I.G.
Personificada incluso en el popular show Saturday Night Live e imagen de poleras, tazas y merchandising liberal, la jueza de 1 metro 55 es, de lejos, la más carismática entre los siete miembros de las Corte Suprema de EEUU. Las razones son muchas, pero es probable que su claridad de palabra haya estado al inicio de todo. Lo prueba en el documental al decir: "No quiero favores para mi sexo. Todo lo que le pido a nuestros hermanos es que saquen sus pies de nuestros cuellos".