En el último año nombres como el comediante Bill Cosby y el productor Harvey Weinstein acapararon portadas por motivos muy similares. Sindicados como autores de abuso y acoso sexual, fueron excluidos de Hollywood y debieron presentarse ante la justicia, encarnando los casos más representativos del contexto que luego dio origen al movimiento MeToo. En efecto, en septiembre el actor de 81 años se convirtió en el primer condenado en esta nueva realidad de la industria: hoy cumple una pena de entre tres y diez años. Mientras lo de Weinstein aún espera una conclusión, ayer un tercer caso emblemático concretó su salto judicial.
Luego de 13 meses en que se había borrado casi por completo del mapa, el actor Kevin Spacey apareció cerca de las 13.00 horas en la isla de Natucket, en Massachusetts, para enfrentar por primera vez cargos por un presunto abuso sexual que habría cometido en 2016, parte de la treintena de denuncias que emergieron desde octubre de 2017 en su contra. La acusación, hecha pública ese mes por la periodista Heather Unruh, madre del joven presuntamente abusado, consistía en que Spacey le habría tocado indebidamente los genitales mientras ambos estaban en un restaurante.
Exhibiendo un talante más relajado que el de Weinstein y Cosby en su momento -lo que ha sido su tónica en el último tiempo-, Spacey llegó junto a sus abogados y guardó silenció. Sólo diez minutos duró la audiencia, que de todos modos dejó algunas medidas básicas. Entre ellas, una prohibición de Spacey de acercarse al denunciante y que el actor quedara en libertad sin pago de fianza. También ayer su hermano mayor, Randy, entregó duras declaraciones: "Él realmente cree que deberías amarlo como un verdadero pervertido sexual. Es lo peor de lo peor".
Aunque al comparecer ante el juez no pronunció palabras -y se declararía inocente en la siguiente instancia-, esta aparición lo sacó de un ostracismo que había mantenido por casi un año. Lo quebró antes, eso sí, al publicar un insólito video en diciembre, donde interpretaba el rol de Frank Underwood, desechado de la serie de Netflix luego de conocerse acusaciones como la del actor Anthony Rapp, que dijo que habría abusado de él en 1986, cuando tenía 14 años (caso ya prescrito). Unos días más tarde, dio forma a otra escena singular. A los periodistas que lo esperaban afuera de su mansión, en Baltimore, los salió a saludar con pizzas y un gorro que decía "retirado desde 2017".
Lo que viene
Aunque las acusaciones de abuso de la era MeToo parecen haber sellado toda posibilidad de retorno de los denunciados, hay más de un matiz en el caso de Spacey. Según un actor de la industria consultado por la web Page Six, estaría siendo tentado para sumarse a proyectos en Europa y Rusia. "Él asume que puede regresar (a las películas estadounidenses) en unos años", añadió bajo reserva la fuente.
Antes, en noviembre, el director Paul Schrader (First reformed) escribió en su Facebook que estaba dispuesto a filmar un guión que le estaban ofreciendo si aceptaban a Spacey como protagonista, pero no encontró una respuesta favorable. Aunque el guionista de Taxi driver borró la publicación, sus palabras quedaron: "Spacey debería ser castigado por cualquier crimen que haya cometido. Pero no por el arte. Todo arte es un crimen", planteó. Una opinión similar sostuvo la actriz Judi Dench, que reprobó que lo hubieran quitado de películas, como fue el caso de Todo el dinero del mundo.
Lo concreto es que en marzo Spacey tendrá su segunda cita en Massachusetts. aunque no está obligado a asistir. Lo que arriesga como máximo son hasta cinco años de cárcel. Aunque, de acuerdo al abogado y profesor de la UDP Cristián Riego, luego de esta audiencia preliminar, lo más probable es que "se va a negociar extrajudicialmente sobre la declaración, a cambio de que se le bajen los cargos, por lo que sería una condena sin privación de libertad". En caso de existir condena, sería "muy grave, porque con el segundo caso que venga, la pena ya no podría ser reemplazada. Ahora podría no ir a la cárcel, pero quedaría para un caso posterior". Otro actor, Casey Affleck, enfrentó en 2010 un caso similar, en que dos mujeres lo llevaron a la justicia por acoso. La demanda terminó en un acuerdo extrajudicial.
El presente de otros casos en EE.UU. y Chile
Bill Cosby: tras las rejas
Luego de las acusaciones de diversas mujeres y tras ser declarado culpable en abril de 2018 de tres cargos de abuso sexual, en septiembre pasado el actor fue sentenciado a entre tres y diez años de cárcel en una prisión estatal de Pensilvania. Fue la primera sentencia de una celebridad en el contexto del Me Too. En los últimos meses, el popular comediante de 81 años ha solicitado un nuevo juicio o la reducción de su condena, a partir de lo que su defensa considera "errores procesales".
Harvey Weinstein: a la espera
El destino del poderoso productor y la lucha de las mujeres de Hollywood vivieron un giro en octubre de 2017, cuando dos revistas publicaron las primeras doce acusaciones de acoso, abuso sexual o violación en contra de Weinstein, de las más de 80 que suma hasta hoy. Él insiste en que todas sus relaciones fueron consensuadas, aunque desde mayo enfrenta cinco cargos por una presunta violación en marzo de 2013 y un acto forzado de sexo oral en 2006. Si bien de ser declarado culpable podría ser condenado a cadena perpetua, sigue en libertad tras pagar una fianza de US$ 1 millón
López y Abreu: los paralelos chilenos
En 2018, con tres meses de diferencia, el director de TV Herval Abreu y el cineasta Nicolás López fueron acusados por diversas mujeres de acoso y abuso sexual en revista Sábado. Tras esto, la Fiscalía Metropolitana Oriente inició investigaciones de oficio para determinar posibles delitos. Ambos declararon en Fiscalía como imputados y se han mantenido al margen del ojo público, sin dar entrevistas y dejando en pausa sus proyectos. En diciembre, eso sí, Abreu posteó un mensaje en Facebook que luego hizo privado.