El de Bart Straver es un nombre más bien desconocido en este lado del mundo. Pero el holandés ha estado en Chile varias veces desde 2011, trabajando en festivales de alta convocatoria, gran parte de ellos vinculados a la electrónica, como Mysteryland, Sensation, Corona Sunsets y Creamfields. Con esa experiencia, Straver participó el año pasado en una licitación impulsada por los organizadores del Festival de Viña 2019 y se adjudicó la elaboración del montaje escenográfico de la cita veraniega.
Y aunque varias veces estuvo en el país, el arquitecto europeo nunca escuchó sobre el certamen que este año transmitirá TVN, Canal 13 y Fox. Por eso, su primera misión fue averiguar todo lo posible sobre el Festival y la Ciudad Jardín. "Busqué en internet un poco de la historia de la ciudad y de la Quinta Vergara. Quería saber detalles de este proyecto. Busqué imágenes y la ubicación, y lo que arrojó fue agua, viento y flores, elementos que son muy buenos para trabajar", explica.
Además de buscar en la web, Straver conversó varias veces con Álex Hernández, director del Festival de Viña, tanto por skype como personalmente en un par de viajes que hizo a Santiago.
"Yo le hablé de la concha acústica que tuvo por años la Quinta, y también le conté de la Gaviota. Pero él, investigando por su parte, dio con la flor que está en la bandera de Viña del Mar", asegura Hernández. Y el holandés le dio a esos elementos el mayor protagonismo en el renovado escenario.
En 2018, para el último certamen a cargo de CHV, lo importante para Hernández era rescatar emociones a través de la escenografía. Para este año, lo que se buscó fue dar con una sensación envolvente. "Queremos que el público se sienta más envuelto", dice el director, y sigue: "queríamos que tenga cuerpo, porque por muchos años en los shows, en la TV, se había dejado de lado este concepto, y fue reemplazado por grandes pantallas LED con mucho contenido. Ahora se está volviendo a construir cuerpos, estructuras más teatrales, más físicas. En la palabra que se usa hoy: más orgánico".
Para lograr ese propósito, Straver pensó en las olas del mar y las alas de las gaviotas. Ambas en movimiento, para que el espectador aprecie distintas perspectivas del escenario, el que brindará la sensación de una vista sin fin; de alguna manera, el montaje se ampliará. "La mayor innovación está en el movimiento, y en que el escenario sale de su margen. Cuando la gente se mueva, el escenario también se moverá, gracias a sus distintas perspectivas. El escenario se podrá ver desde muchos puntos de vista, por eso se verá más grande", afirma Straver, quien se convirtió en el primer extranjero en hacerse cargo de esta labor.
En las próximas semanas, los técnicos comenzarán a hacer realidad esta escenografía, y Hernández está seguro de que "todos se darán cuenta de los cambios, porque es muy distinto a otros años. El LED sigue presente, pero esta vez será el complemento. De hecho, los animadores tendrán una pantalla LED en el piso".