Parecía descabellado pensar que un arquitecto del prestigio de Daniel Libeskind (72) pudiese hacerse cargo de la construcción de un edificio en Chile. Sin embargo, en noviembre de 2017 , durante la visita del estadounidense a Santiago en el marco del encuentro de arquitectura Enmateria de la U. del Desarrollo, el alcalde de Iquique Mauricio Soria le hizo la propuesta, y recibió una respuesta que lo sorprendió. Tenía conexiones inesperadas que lo acercaban a Chile: "Libeskind aceptó encantado, atraído por la idea de conocer el norte del país y el desierto más árido del mundo y del cual, su hijo, quien vivió dos años en un observatorio cerca de San Pedro de Atacama, le había hablado muchísimo", cuenta el alcalde.

A inicios de diciembre pasado, un año después de su primera visita, el arquitecto de origen polaco aterrizó en Iquique con una intensa agenda trazada por el municipio: una charla abierta a la comunidad en el edificio de la Zofri, una visita en terreno y el compromiso de la entrega de un anteproyecto con el diseño del futuro Museo Antropológico Regional (MAR) de la ciudad. Libeskind trabaja a toda marcha en el diseño que estaría listo para mediados de febrero.

Desde su oficina en Nueva York el arquitecto respondió ante las consultas de La Tercera sobre sus primeras impresiones del proyecto en Chile que estará emplazado frente a la playa Huayquique, en un terreno de 14 mil metros cuadrados, entre las avenidas Arturo Prat y La Tirana, que marcan el acceso sur de la ciudad. "Chile es un país progresista con un alto nivel de arquitectura y aspiraciones para el futuro. Iquique realmente representa lo mejor en espíritu y manejo, una ciudad que se levanta en un hermoso lugar entre el Desierto de Atacama y el Océano Pacífico. Por lo tanto, trabajar en Iquique es inspirador desde todas las perspectivas, particularmente por las personas que conocí con ojos brillantes y visionarias ideas que me animaron a abordar este proyecto como uno que es único en mi experiencia", dice Libeskind.

Autor de monumentales edificios como el Museo Judío de Berlín (1989-1999), con el que comenzó a proyectar su carrera internacional, Libeskind ha sido aplaudido por su estilo original y osado que mezcla formas angulares, planos que se cruzan y ventanas que se cortan en diagonal para romper las estructuras tradicionales y que ha aplicado con éxito tanto en museos, como rascacielos y memoriales. A su oficina pertenecen proyectos como las ampliaciones del Museo Victoria and Albert en Londres, y del Museo Royal Ontario en Toronto; la sala de conciertos de la Filarmónica en Bremen, Alemania, así como el master plan que reconstruyó la Zona Cero en el World Trade Center de Nueva York tras la caída de las Torres Gemelas. En lugar de ellas erigió la bautizada como Torre de la Libertad, que mide 541 metros y que fue inaugurada en 2013.

El futuro Museo Antropológico de Iquique sería nada menos que el segundo proyecto de Libeskind en Sudamérica, tras el edificio residencial Vitra en Sao Paulo, Brasil, completado en 2015. "El sitio (Huayquique) es desafiante y fantástico. Se encuentra como una puerta de entrada a la ciudad del futuro. El proyecto conectará las montañas, las dunas, la playa y el mar, y representará al mundo un museo icónico, especial y sin precedentes", adelanta el arquitecto. "Fue sumamente importante visitar el sitio y experimentarlo durante diferentes horas del día. Un sitio no es solo una propiedad inmobiliaria, tiene un alma y una voz que le habla a uno mientras camina. Una oficina no es una que simplemente hace un boceto y se lo entrega. Seguiremos este proyecto con diligencia y cuidado y nos complaceremos en volver a Iquique para seguir su construcción", agregó.

Metros y costos

Aunque en un principio hubo críticas de algunos concejales debido a los $ 75 millones que costó traer al arquitecto a Chile, la visita de Libeskind terminó siendo aprobada por 11 votos contra tres y hoy se ve como un proyecto regional que atraviesa los colores políticos. "El museo de Libeskind será como nuestra Torre Eiffel, que al principio tuvo muchos detractores pero que hoy, nadie podría imaginar París sin ella", dice el alcalde Soria.

El MAR albergará la historia de las culturas que han habitado la región desde hace 12 mil años y que de alguna forma hoy se relata con colecciones en el Museo Municipal, el que a su vez, a futuro, estará dedicado a la historia del salitre.

Diego Rebolledo, encargado del Departamento de Arquitectura de la municipalidad y uno de los artífices de la invitación, cuenta que aunque no se tienen definidos los metros cuadrados exactos que ocupará el edificio, sí se le entregó a Libeskind una lista con los recintos que deberían estar considerados. "Un 70% correspondería a depósitos, espacio de conservación y laboratorios. La idea es que sea un museo moderno, con muestras interactivas para el público donde se use la tecnología, pero que las piezas antropológicas queden para consulta de expertos", explica.

Y aunque tampoco se ha decidido un presupuesto total, los recursos provendrían del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) y eventualmente se está evaluando desarrollar una corporación con la que se puedan recaudar fondos privados.

La misma Nina Libeskind, esposa y socia del arquitecto, despejó los rumores con respecto a un posible abultado costo de la obra. "En torno a si va a costar mucho o a que será demasiado grande, quiero decir que somos una oficina que se ajusta al presupuesto y acabamos de terminar un museo de unos 3.500 metros cuadrados en Lituania con condiciones similares a las que hemos visto aquí: ciudad pequeña, museo pequeño con idea muy clara y particular. Somos muy responsables, concientes de estos proyectos con un presupuesto estricto", resumió.