Desde sus inicios en Quilpué con Los Masters, hasta el premio al "Álbum del Año" en los Premios Pulsar 2018 con el disco La canción que te debía, Sergio "Tilo" González ha pasado medio siglo enamorado de la música.

Acompañado por un grupo de músicos excepcionales bajo el nombre Congreso, con los que en 21 trabajos de estudio han formado una mezcla única en el rock chileno, comenzará a celebrar sus bodas de oro la próxima semana en el Teatro Municipal Las Condes.

Fue desde su hogar que desmenuzó en conversación con Culto -con esa alegría propia con la que ha encantado en la batería- los detalles de los primeros tres conciertos que brindará a sus fanáticos, llenos de nostalgia y ganas de seguir creando.

-¿Cómo prepararon esta serie de conciertos por los 50 años?

-Lo hemos preparado por cincuenta años (risas). Esto es un inicio de la celebración, habrá muchísimos conciertos durante el año con distintos formatos y distintos shows.

-Y me imagino que cada show tendrá sus características que lo distinguirán de los otros...

-Claro, cada show va a tener un artista distinto. El 24 estamos tocando con percusionistas de Senegal, el 25 está el Macha (Aldo Asenjo) y el 26 estará Camila Moreno.

-¿Cómo eligieron a estos artistas?

-Es una decisión nuestra, pero ellos también quieren participar. Con los músicos africanos, tenemos mucho contacto y ganas de tocar con migrantes durante este año. Partimos con ellos. Tenemos una relación, no sé por qué motivo, con África que siempre ha estado presente en nuestra música de alguna manera. Con Macha, somos de la misma región, nos conocemos hace mucho tiempo, y con Camila, bueno, siempre que nos hemos visto por ahí hay cierto cariño por nosotros y de nosotros por ella. Nos pareció que esas eran las personas para partir, así que es maravilloso que hayan aceptado. Tenemos tres shows como los queríamos hacer, así la gente puede elegir a cuál ir, o ir a los tres.

-En ese sentido ¿Cómo han hecho la selección de canciones teniendo 21 discos para elegir?

-Eso sí que es complejo, muy complejo. Cuando nos estábamos acercando a estas celebraciones, hice un intento de sacar 3 o 4 temas por cada álbum y no, es demasiado, llegábamos a las 4 horas y media con una pequeña selección. Por eso es que también vamos a estar tratando de variar en cada show el repertorio, para no dejar fuera canciones que para nosotros pueden ser importantes, o que no se han tocado hace tiempo.

-Para cumplir tanto con la celebración como con los fanáticos...

-Sí. Es muy difícil porque, claro, a veces la gente quiere escuchar básicamente las canciones que siempre quiere escuchar, pero también hay otras que a nosotros nos gustan y ahí hacemos una especie de complemento entre lo que inevitablemente tiene que estar y otras cosas que son gustos personales.

Un verdadero riesgo

Congreso ha sabido crecer lejos de la música comercial, siempre cumpliendo con discos que sean del gusto de la banda, con ritmos que, a veces, no han sido comprendidos por los grandes públicos.

Un caso es Para los arqueólogos del futuro en 1989, álbum con que el que alcanzaron la categoría "disco de oro" tras vender 15 mil copias, y que contrasta con Los fuegos del hielo, disco para ballet moderno publicado en 1992 que no logró el recibimiento esperado, alejándolo de los rankings de la época.
El componer éxitos no es algo que esté en la mente de Congreso, quienes con su último trabajo de estudio La canción que te debía, consiguieron el premio "álbum del año" en los premios Pulsar, algo que solo pudieron conseguir gracias al riesgo de componer metódicamente.

¿Cuál crees que ha sido la clave para seguir juntos como banda y crecer como conjunto, a pesar de que los integrantes tienen sus proyectos en solitario?

Quizás, eso de que cada músico pueda desarrollar sus ganas y talentos en otras cosas, por ejemplo Hugo (Pirovich) tiene un grupo de música antigua. De repente, Jaime (Atenas) toca en un cuarteto de saxo con música contemporánea, yo escribo a veces para un orquesta clásica. Eso hace que sea muy rico juntarnos cada vez que tenemos que hacer algo juntos como Congreso, estamos fresquitos y livianitos.

-Y eso además les permite experimentar, llegar con nuevas ideas...

-Exactamente, cada uno va aportando lo suyo y eso hace que se nutra mejor el trabajo. Este último disco que sacamos, La canción que te debía, es un trabajo que recoge de muchas partes, incluso desde nuestros comienzos. Todo esto te asegura llegar a los 50 años trabajando y haciendo cosas, eso es lo lindo.

-Respecto al álbum que mencionas ¿Qué ha permitido que su  música se mantenga tan vigente?

-No sé si es vigencia, yo creo que a lo mejor es riesgo. No repetir el esquema de canciones anteriores y siempre ir viendo cómo una canción puede tener otros escapes, otras salidas, otras maneras de entregar el mismo mensaje con la misma humildad, pero que tenga otra vuelta sin caer necesariamente en un molde de éxitos nuestros y volver a hacer varios de esos. Siempre me gusta estar con el riesgo de que pueda resultar muy bien o no.

La contingencia nacional remite a la frase "no hay revolución sin canciones", ¿Qué papel cumple la música en estos momentos, sobretodo para un grupo que no sucumbió ante el apagón cultural de la dictadura?

La música tiene memoria, tiene denuncia, te acompaña en los buenos y los malos momentos. Cuando hay que celebrar, hay música, cuando hay momentos duros también uno puede abrazar una canción,  permanecer ahí y quedarse, eso ayuda muchísimo. Mira, hay una frase que dice alguien por ahí, que lo escuché afuera, "Brasil dejó de escuchar al Chico Buarque y mira dónde están ahora", entonces, ojo con la música. Hay que seguir escuchando a los grandes poetas, a los grandes creadores.

-Sobretodo en un contexto marcado con la migración y el caso Catrillanca en el sur de Chile...

-Justamente, por eso estamos tratando que en nuestros conciertos que vamos a dar durante el año, tengamos músicos migrantes que andan por acá buscando una  mejor suerte, un mejor trato, una mejor vida en definitiva. Por eso partimos en el primer concierto con estos músicos de Senegal que ya están en Chile, pero les ha tocado duro. La música une y sana.

En la semana que inician sus conciertos se cumplirá un año desde la muerte de Nicanor Parra, con quien trabajaron  directamente en Pichanga. ¿Cómo recuerdan a este personaje tan importante de la cultura chilena?

Nosotros desde que trabajamos con él el año 92, hemos estado siempre haciendo referencia a su trabajo, antes que muriera y después, por supuesto. Pichanga  fue el disco con el que nos brindó sus antipoemas con una generosidad realmente maravillosa y luego, años antes que él partiera, hicimos la reposición del concierto de ese disco con Parra100pre y claro, en todos los conciertos están sus canciones y lo mencionamos. Ahora que tú me recuerdas esto de la semana, con mayor razón vamos a tener un cuidado para él.

Un nuevo comienzo

Las bodas de oro es un punto de análisis para quien logra durar 50 años con un grupo. ¿Qué se han cuestionado entre ustedes? ¿Qué les ha faltado hacer?

Hacer un éxito (risas). La verdad es que hemos hecho hartas cosas, desde música sinfónica, música de ballet, trabajar con Don Nica... la verdad hemos hecho harto. Lo conversamos la otra vez, cuando uno cumple 50 años, nos damos cuenta que es una fecha importante pero, como estamos trabajando, nos da la impresión que es una fecha más. Esto es mentira, pero nos pilla en un momento en que estamos creando, haciendo conciertos, pensando en un horizonte muy próspero lleno de trabajos e ideas que están por salir a la luz. Entonces, uno puede hacer una recapitulación de lo que ha hecho pero no es que hayamos terminado. Es una sensación bien extraña, con muchos años en la espalda, pero con muchas cicatrices que se van sumando. 

-¿Es un nuevo comienzo?

- Claro, es un estado del presente, obviamente hay recuerdos y nostalgia de cosas que sucedieron, pero la verdad es que nos sentimos demasiado activos como para detenernos en los 50. Ojalá así sea y sigamos navegando por la música. Mientras me pueda abrochar los zapatos, vamos a seguir tocando.