Era su retorno en gloria y majestad, su vuelta al personaje que la instaló en la cultura pop y en la memorabilia televisiva. En 2016 regresaba un clásico del género, Los archivos secretos X, luego de 15 años y con David Duchovny y Gillian Anderson en su tradicionales roles de los agentes secretos Fox Mulder y Dana Scully, respectivamente.

Pero aquel cliché que dicta que las segundas partes nunca funcionan sobrevoló como una pesadilla: las dos temporadas que marcaron la nueva vida de la producción -décima y undécima- no acumularon el arrastre de antes y fueron vapuleadas por la crítica.

La propia Anderson reconoció el tropezón y, luego de decir el año pasado que no estaba disponible para un nuevo ciclo, hasta se rió de la resurrección fallida: el CEO de Fox, Gary Newman, dijo que la serie no volvería debido a la partida de la actriz. En su cuenta de Twitter, ella replicó: "Bueno, la verdad es que no volvemos... por la partida del 77% de la audiencia".

Pese al pequeño fiasco, la originaria de Chicago mantuvo su reputación con The Fall, ficción policial donde interpretaba a una detective londinense. Y hoy es parte de la que hasta hora distintos medios internacionales califican como la mejor serie en lo que va de la temporada: Sex education, estrenada el pasado viernes 11 en Netfix.

Dos miradas

La historia es protagonizada un adolescente llamado Otis (Asa Butterfield), un chico inseguro e impopular, pero que tiene a favor conocer mucho sobre sexo gracias a que su madre (Anderson) es sexóloga, o una "gurú del sexo", como la califican sus amigos. Con esos conocimientos, una compañera le propone que abra una especie de "consulta" en el colegio, con él como terapeuta y ella "a cargo del negocio".

La trama tiene un objetivo claro: abordar la sexualidad en dos generaciones enfrentadas y también acercarse cada vez más a un público joven o adolescente. De alguna manera, presentar las dificultades que significa el tema para los quinceañeros que recién lo están empezando a conocer. La primera escena dice mucho. O al menos algo: un par de adolescentes teniendo relaciones, con ella muy entusiasmada, mientras él, muy cansado, finge un orgasmo. La chica lo termina descubriendo.

Esa misma tónica han subrayado publicaciones como The New York Times: "(La historia) explora el sexo como si fuera una experiencia de aprendizaje. Una mirada inteligente y sensible a unos jóvenes que buscan su sitio e intentan entender el manual de instrucciones de sus cuerpos", comentó el crítico James Poniewozik en su reseña.

Por su parte, Judy Berman, de la revista Time, opinó: "Llena de personajes multidimensionales con problemas interesantes, la serie abraza algunos los puntos de vista más progresistas sobre el sexo que se han visto en televisión".

Variety hace foco en los personajes: "Los actores son lo suficientemente agudos como para que su relación no sea sólo la de una madre dominante y su hijo molesto, una dinámica que ya hemos visto un millón de veces".