Hacia el final de La contadora de películas (2015) caían dos pantallas blancas sobre el escenario, dejando al descubierto vestuarios, utilería y toda la trastienda de aquel montaje inspirado en la novela de Hernán Rivera Letelier. Fue también señal de que vendrían replanteamientos y cambios para los 15 miembros de la compañía Teatrocinema. Tras las funciones de La canción de la Tierra de Mahler -que en 2018 los tuvo en EEUU junto a la Filarmónica de Los Angeles y Gustavo Dudamel-, esta semana el grupo dirigido por Juan Carlos Zagal y Laura Pizarro abrió su sala de ensayo, en la Aldea del Encuentro, para mostrar un adelanto de dos nuevas obras. Allí anunciaron, además, la "refundación" de su lenguaje.
"Con ese gesto de bajar las pantallas quisimos decirle a la gente que esto es trabajo y no solo un efecto, sino que hay un mundo teatral sosteniéndolo todo", comenta Zagal. Muchas veces, dice el exdirector de La Troppa, el público que ha visto algunas de sus obras, como Sin sangre (2007), El hombre que daba de beber a las mariposas (2010) o Historia de amor (2014), se mostraba incrédulo ante lo que allí sucedía: una asombrosa mezcla de teatro y cine sobre un mismo escenario. "Más de alguien pensó que los actores estaban filmados y llegaron al extremo de decir que cómo salían a saludar al final de la función si no habían sido parte de ella. Pero entre las dos pantallas sí había actores jugando con su credibilidad, y ahora decidimos ser más honestos y redescubrir el cuerpo en escena, recuperar la relación actor-espectador y no ocultar nada, sino generar la misma ilusión con la menor cantidad de elementos", agrega.
Asaltos y sueños
Con el eco de la sinfonía de Mahler cada vez más lejos, en los últimos días el grupo ha echado mano a sus nuevos proyectos. El más próximo será Asalto, la adaptación de la novela Plata quemada (1997) del fallecido escritor argentino Ricardo Piglia, que a fines de mayo debutará en su sala en La Reina. Coproducido por Fundación Teatro a Mil y la Cámara Chilena de la Construcción, el montaje -que además obtuvo $ 59 millones del Fondart- está basado en los hechos reales de 1965, cuando tres hombres robaron un camión de caudales en la localidad de San Fernando, en Buenos Aires. Luego, huyeron con un millonario botín hasta Montevideo, donde protagonizaron un tiroteo con la policía durante más de 15 horas.
En 2001 la historia fue llevada al cine por el director Marcelo Piñeyro, pero no fue considerada para esta adaptación. "Ni siquiera hemos visto la película", afirma Zagal. "Nuestra versión solo toma la novela, y es fundamentalmente una historia de hombres. Aquí no vamos a hablar del principio femenino ni tiene que ver con el #MeToo, sino con lo bruto y lo violento que somos los hombres. No hay nada que quede muy bien parado en esta historia urbana que nos plantea Piglia, y es porque estos tipos que se están peleando las migajas de algo son, de alguna manera, víctimas del poder, la corrupción, la violencia e ignorancia de estos tiempos", añade.
La crónica publicada por Piglia, que obtuvo el premio Planeta Argentina, pisará por primera vez las tablas en una apuesta que contará solo con una pantalla al fondo del escenario, y en cuya estética habrá guiños al cómic y a la época y lugar donde ocurrió todo. A la par, mostrará el trabajo físico de cuatro actores -Daniel Gallo, Esteban Cerda, Christian Aguilera y Julián Marras- que interpretarán a todos los personajes, desde los asaltantes (Marcelo Nene Brignone, Carlos Cuervo Mereles y Roberto Gaucho Dorda), hasta Mario Malito, autor intelectual del robo.
"Queremos mostrar cómo una compañía de teatro resuelve todos los problemas para montar una obra de este tipo, y hay mucha acción y humor a pesar de ser un thriller", apunta el director, y agrega: "También pondremos en valor la estética del cómic heredada del trabajo de La Troppa, y es una invitación a reflexionar sobre las múltiples posibilidades de ver. No es una obra oscura, sí sus contenidos".
No será todo. El regreso de Teatrocinema a tablas locales será por partida doble: el 3 de agosto debutará en el Teatro de CorpArtes El sueño de Mó, una historia que fue escrita durante una gira por el país en 2018, y en la que por primera vez se dirigen a un público familiar.
El relato le sigue los pasos a un amistoso ser llamado Mó, que habita y recorre el desierto mientras toca su flauta a las estrellas. Una noche descubre un cometa que cae a tierra, y el curioso personaje intentará relacionarse con el meteorito, hasta quedarse dormido junto a él. En sueños, Mó imaginará que el cometa se convierte en una esfera voladora y que lo impulsará a vivir un viaje de grandes aventuras: se sumergirá en el mundo submarino, recorrerá una gran metrópolis y se enamorará por primera vez.
"Queríamos ver cómo funcionaba nuestro lenguaje con los niños, aunque a una escala menor. Ha sido increíble la experiencia y el grado de atención que tienen con la historia, que además es sin palabras", adelanta Zagal. A 20 años del estreno de Gemelos, el director concluye: "Aquí aparecen con fuerza la simpleza del gesto y las marionetas, que conviven con los planos digitales y actores, una fusión que solíamos usar mucho en La Troppa. Ha sido como volver a nuestros orígenes, y a sentirnos otra vez como niños".