Más de un centenar de personas aguarda expectante al caer una de las primeras tardes de 2019, mientras, en inglés y sin nada que amplifique su voz, una de las mayores estrellas de la producción agradece por la asistencia y haber sido respetuosos durante el día de rodaje. Pero la fanaticada italiana logra traspasar la barrera de seguridad y, en cosa de segundos, queda a centímetros de sus ídolos. Entonces el actor Álvaro Morte, junto a su colega Pedro Alonso (Berlín), se recupera de la sorpresa y retoma el diálogo, provocando los gritos de una juventud extasiada.
Esos minutos de efervescencia, que luego llegaron a las redes sociales, se registraron a inicios de mes en Florencia, en medio del rodaje de la tercera temporada de la serie española La casa de papel, y captura de buena manera lo que vive Morte desde hace un año, tras hacerse conocido globalmente por interpretar a El Profesor en la popular ficción sobre una banda que pretende ejecutar el mayor robo de la historia, con este hermético hombre de anteojos como cerebro de la operación.
De vuelta en su tierra natal, la recepción para Morte es cálida, pero es innegable que no hay cómo igualar las muestras de entusiasmo que vive en el extranjero. Esta semana, instalado en Valencia para el estreno mundial de la nueva serie de Movistar+, El embarcadero, se reconoce su trabajo en las diferentes actividades con público, aunque con decibeles más apaciguados. No deja de ser una verdad que La casa de papel es, por lejos, el mayor éxito de su carrera y que esta ficción -cancelada en un momento por Antena 3 y con nueva vida desde que llegó a Netflix en 2017- es sobre todo un fenómeno planetario. Por lo mismo, ganó un Emmy Internacional y se convirtió en la serie no hablada en inglés más vista de la plataforma de streaming, que para este 2019 espera el estreno de su nuevo ciclo y continúa con sus grabaciones.
A menos de un año desde que el fenómeno estallara en su máxima expresión, el actor regresa a España (antes de dar un más que probable salto internacional) protagonizando una ficción que ofrece nuevas miradas a la clásica historia del triángulo amoroso y que, por cierto, poco tiene que ver con pistolas, atracos o millones. En El embarcadero, creación de Álex Pina y Esther Martínez Lobato que mezcla melodrama y thriller, un hombre casado, Óscar, viaja permanentemente fuera del país por negocios, aunque en realidad su ausencia obedece a que tiene una amante y otra vida en las afueras de Valencia. El cuadro adquiere un rumbo distinto cuando el hombre fallece en extrañas circunstancias, y su viuda, Alejandra (Verónica Sánchez), en vez de recriminar a la mujer que acaba de conocer, Verónica (Irene Arcos), se propone explorar esta otra parte que ignoraba de Óscar. La primera temporada (hay otra ya grabada y con fecha de estreno por definir) llegará a Chile el 24 de febrero, por Movistar Series y Movistar Play.
Morte, de risa fácil en un conversatorio abierto al público y con el resto del equipo, detalla cómo le ofreció este nuevo rol Pina, el creador de La casa de papel y principal cabeza de la productora Vancouver Media: "Yo le dije que sí casi sin saber de qué iba. Le pregunte cómo es Óscar. 'A ver, es complicado. Es un cabrón, pero no'. Era una cosa a la que era muy difícil enfrentarse. Al igual que con El Profesor, una vez que lo has hecho lo entiendes más, pero todo ese proceso de construcción era muy complicado".
Su personaje, que fallece al inicio del primer capítulo -y en algún momento queda atrás ante la fuerza de las dos mujeres protagonistas-, irrumpe permanentemente a través de flashbacks que le dan otra textura a un hombre que por años le ha ocultado a su esposa su doble vida y, en definitiva, su inclinación por la poligamia. Una figura que, reconoce, le ponía como reto generar empatía con el espectador. "Mis padres llevan juntos toda la vida y no les he visto nunca una bronca. Yo en mi vida he seguido un poco eso, soy absolutamente monógamo, estoy completamente enamorado de mi mujer y me resultaba muy difícil entender cómo una persona puede llegar a querer a dos mujeres al mismo tiempo". Y agrega: "Al darme cuenta que las quiere de forma equivalente, pero de distinta manera, pude encontrar el modo de acercarme al personaje".
En conversación con medios latinoamericanos en la que participó Culto, Morte profundiza en el rol que lo dio a conocer al mundo. Aunque dice que "intento no inspirarme en nadie real", revela que para encarnar a su personaje en La casa de papel "las referencias eran superhéroes, porque para mí El Profesor está en su hangar como Batman en su Baticueva; tiene un pasado turbulento y un tanto críptico, como el de Wolverine, y varias personalidades, como Superman". Y establece otro puente entre sus dos creaciones: "De la misma manera que El Profesor tenía una carga muy externa en la construcción del personaje, en cómo se mueve, sus tics, sus gestos, en el caso de Óscar el personaje está basado en esa especie de torbellino emocional que vive por dentro".
-¿Cómo describiría la experiencia de sumergirse en este nuevo personaje y volver a interpretar a El Profesor en la tercera temporada de La casa de papel?
-Yo me construyo los personajes de una forma muy cerebral, en ese sentido soy bastante como El Profesor, de lo meticuloso que soy. Para mí no ha sido especialmente complicado el ejecutar a uno u otro, sino llegar a entender a cada uno. Una vez que lo tengo claro en mi cabeza no me cuesta trabajo saltar de uno a otro. Lo que me encantaría pensar es que a la gente le pueda pasar lo mismo, que no me vean como El Profesor cuando estén viendo a Óscar, sino que tengan la capacidad, espero que sí, de quitarme de encima esa sombra, que yo entiendo que es muy alargada, del Profesor, para quedarse simplemente con el trabajo que hago ahora con Óscar.
-¿Cuál es su mirada sobre lo que pueda venir para la ficción española, que está en un muy buen momento en especial en cuanto a series?
-A mí me gusta decir que el mejor momento siempre está por llegar. Creo que estamos en uno muy bueno, que ahora mismo tenemos que saber aprovechar y aprender todo lo que podamos. Me siento muy orgulloso de formar parte de este equipo español de producción audiovisual, no hablo solamente de Vancouver sino de todo lo que se está moviendo. Creo que hay un talento brutal en España, desde la parte artística y también técnica. Creo que por fin estamos empezando a quitarnos los complejos para contar historias arriesgadas, y me gustaría simplemente que siguiéramos creciendo.