La estación Los leones de la línea 6 conecta normalmente a 70 mil personas diariamente, siendo este el lugar elegido para invitar a los pasajeros a conocer a través del arte, un país escondido en el frío de Europa. La Vía Suecia, con más de 95 metros de largo, ha logrado transmitir en un espacio de alta concurrencia un centro de contemplación necesario para la rutina diaria. Luciano Escanilla, quien hizo realidad esta obra, conversó con Culto para contar los detalles de cómo se logró esta intervención artística escondida a 40 metros de profundidad.

Una vida dedicada al arte

La historia de cómo este artista logró llevar a este mural la expresión de un país, comienza en septiembre de 1973 cuando abandona Chile "por motivos que todos conocemos". Antes de llegar a Escandinavia, Escanilla recorrió Argentina, España e Italia, siendo este último país en el que estuvo cerca de dos años trabajando en un laboratorio de restauración de pintura, oficio que, luego de trasladarse a Suecia, lo convirtió en su principal labor.

Luciano ha dedicado más de cuatro décadas a cultivar sus conocimientos sobre el arte, tiempo en el que asentó en Upsala, ciudad universitaria a 70 kilómetros de Estocolmo, la capital sueca. Ahí, tras estudiar economía y ciencias políticas, creó una empresa dedicada a lo que aprendió en Italia, con más de 30 años de experiencia en el rubro.

El proyecto que le permitiría volver a mostrar lo aprendido lejos de Chile, es el esculpido y creación de un busto del diplomático sueco Harald Edelstam, embajador de Suecia en Chile durante el gobierno de Salvador Allende, quien ayudó a sacar del país a cientos de chilenos cuando eran perseguidos por la dictadura de Augusto Pinochet, a partir de septiembre de 1973. La figura de Edelstam quedó instalada en la sede del parlamento sueco y fue destapado e inaugurado por la presidenta Michelle Bachelet durante su visita a Europa en mayo de 2016. A través de este proyecto, Luciano se involucró en la creación de Vía Suecia, que la Embajada sueca comenzó a desarrollar en 2016.

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Cortesía de Luciano Escanilla[/caption]

La odisea "sueca"

En marzo de ese año, Escanilla bajó por primera vez los 40 metros en donde actualmente esta la Vía Suecia, espacio que en ese entonces "era increíble, ya que estaba en plena construcción". Este artista, viendo el panorama de la obra, solo debía soñar mientras escuchaba el sonido de las máquinas que trabajaban para avanzar en la línea 6. "Todo era agua, todo era barro... Bajé muchas veces, entre 10 a 15 ocasiones, intentado dilucidar qué es lo que quería hacer". La interpretación personal de Escanilla fue financiada por el gobierno sueco junto a un grupo de 21 firmas escandinavas, proyecto que demoró cuatro meses en ser instalado.

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Cortesía de Luciano Escanilla[/caption]

En esta intervención arquitectónica tuvo la libertad absoluta para expresar este "barco vikingo invertido", que en 65 metros de largo expone diferentes dimensiones y lecturas. La Vía Suecia está compuesta de 10 relatos montados en estructuras metálicas, representando tanto a Suecia desde su historia, como al recibir a refugiados chilenos durante la dictadura.

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Cortesía de Luciano Escanilla[/caption]

La obra, compuesta principalmente por estrellas, evoca un viaje cartográfico para cada persona que visite el espacio de nueve metros de ancho y otros cinco de altura. Los orígenes nórdicos, pasando por su flora y fauna, los grandes inventos, entre otros aspectos pueden ser disfrutados en este espacio. Otro punto no menos importante son las distintas personalidades elegidas para ser los "embajadores" de Suecia, personajes que, desde lo político a lo cultural, han marcado la historia del mundo, como por ejemplo Paz Dag Hammarskjöld y Alva Myrdahl, ambos Premios Nobel, junto a figuras contemporáneas como el futbolista Zlatan Ibrahimovic, el cuarteto ABBA o el cineasta Ingmar Bergman que pueden ser vistos en la obra.

También llamado The Swedish Way, fueron cerca de 15 personas que ayudaron a Escanilla durante los cuatro meses de trabajo, los cuales finalizaron con la inauguración del espacio el 5 de diciembre del 2017. Para el creador, este trabajo fue todo un desafío, ya que significó acostumbrarse a un país completamente distinto al que debió abandonar por la fuerza. "Tuve que aprender a conocer Chile", relata Luciano, en referencia a que vivió durante todo ese período en Santiago, debiendo reincorporar las rutinas locales.

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Cortesía de Luciano Escanilla[/caption]

Escanilla ha desarrollado prácticamente toda su vida en Suecia, siendo esta nación la que ha marcado profundamente su identidad. En cuanto a si quedó satisfecho con lo realizado, él es un hombre agradecido por esta oportunidad de entregar arte en un espacio tan concurrido. "Me considero un sueco-chileno y el bagaje aprendido en esa cultura hace que esta obra muestre la interculturalidad de dos mundos", afirma.

A más de un año de ser inaugurada, la vía Suecia ha sido vista por más de un millón de pasajeros que han recorrido cada tarde este paseo, siendo un lugar que se ha convertido en una plataforma de expresión colectiva basada en los valores e ideas de un país conectado con nuestra historia.