Hace cuatro años encontró una pequeña caja de acrílico con 15 diapositivas en el persa Biobío, en Santiago. "Fue en la calle misma de la esquina de Víctor Manuel con Franklin. Me llamó la atención su tamaño particularmente pequeño. La misma cajita trae el visor. Era como una máquina de espía", dice el escritor nacional Matías Celedón (37), quien saca de su mochila y muestra la pequeña caja con las imágenes. "Mira, ésta es", señala extendiendo su mano. "Fue increíble encontrármelo, me entregaron la historia", agrega el autor de los libros Trama y urdimbre (2007), La filial (2012) y Buscanidos (2014).

"Recuerdo que llegué a la casa y me puse a ver el contenido y al escanear vi, por ejemplo, ciertos paisajes con la señalética en alemán. Y también una pieza donde estaban los retratos de los cuatro generales de la junta, entre ellos Augusto Pinochet tomando el lápiz al revés", comenta Celedón, quien reconstruyó la historia de Bob, el dueño de las diapositivas, un ex agente de la DINA, quien participó en el atentado a Orlando Letelier ocurrido en Washington, en 1976.

Bob, como se hace llamar el ex agente, fue alumno de Leopoldo Víctor Vargas, el fotógrafo de la Fuerza Aérea que tomó los primeros retratos de los generales a cargo del golpe de Estado de 1973.

Los infiltrados

El Clan Braniff se desarrolla en 1981. Matías Celedón recrea el viaje de Bob por Europa y EEUU y entrega detalles de una historia poco conocida: una red organizada de producción y distribución de cocaína que circulaba por Chile, Europa y Estados Unidos. Entre los involucrado estaban desde el exdirector de la DINA, Manuel Contreras, hasta el hijo del exgeneral, Marco Antonio Pinochet.

"Aquí yo no pretendo hacer una novela histórica ni presentar una investigación dura. Yo me baso en un contexto real para construir un universo de verosimilitud necesario para desarrollar una ficción", dice Celedón de El Clan Braniff, ejemplar recientemente publicado por editorial Hueders.

"La novela también es la historia de una amistad", agrega el narrador sobre Bob, quien se sentirá traicionado por Bill, también ex agente de la policía secreta de Pinochet, pero que ahora trabaja para el FBI infiltrado en el Consulado de Chile en Los Angeles (EEUU).

"Yo quería contar la historia de estas 15 imágenes, unir los puntos con los códigos de la época, interiorizarme también en los procedimientos de inteligencia y contrainteligencia", comenta Celedón, quien reproduce en el libro las diapositivas, entre otros documentos.

"La novela debe su título al programa de viajeros frecuentes de Braniff que les permitió a los agentes de la represión viajar sin levantar las sospechas obvias de cuando lo hacían en Lan Chile", apuntó del volumen el crítico literario Juan Manuel Vial. "Celedón, por su parte, vuelve a demostrar aquí que la suya es una literatura original, en movimiento y constante evolución", agregó en su comentario semanal de este diario.

"Más allá que el ejercicio del montaje sea tendencioso y formen una ficción, hubo toda una instancia previa de investigación de acopio que me permitió articular una estructura. Entonces debía saber cómo disponer del material", explica Celedón, quien trabaja escribiendo guiones. "Como las piezas estaban dadas fue más sencillo que en otros libros, donde uno transita desde adentro de la escritura para saber de qué va la historia. En este caso había que ser muy quirúrgico al presentar la narración para que funcionara", comenta el creador de El Clan Braniff, libro que fue presentado por el autor argentino Hernán Ronsino y la Premio Nacional Diamela Eltit.

Libro

El Clan Braniff

Matías Celedón

Hueders, 2018.

202 págs.

$ 14.000