Pedro Aznar y Manuel García están frente a frente. Ayer en el espacio Tercera Voz, emitido por todas las plataformas digitales de La Tercera, ambos cantautores presentaron e interpretaron por primera vez en conjunto el proyecto que desde esta temporada unirá para siempre sus obras: Abrazo de hermanos, la iniciativa fraguada hace cuatro meses y que la semana pasada estrenó su primer sencillo, la versión de "Canción para mañana", original de Los Bunkers.
Una sociedad creativa que distribuye roles, que cruza influencias desde ambos costados de la cordillera y que desde los próximos meses tendrá su primer álbum, integrado por covers de clásicos y figuras recientes (Gustavo Cerati, Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui), y por una gran mayoría de composiciones originales. Un cancionero trabajado de modo presencial en Buenos Aires y también a distancia. Además, harán una gira local con escala el 25 de mayo en el Movistar Arena de Santiago.
El primer flechazo
MG: (Cuando abrí su gira de hace diez años por el sur de Chile) lo más bonito fue compartir en la misma habitación del hotel donde Pedro se alojaba, y juntamos ahí el equipo, los músicos, vimos un par de documentales, conversamos. Fue el momento de distender un poco y agradecer la presencia de cada uno en lo que fue una gira muy mágica, sobre todo reveladora para mí. Él es una persona profunda, de un espíritu delicado y culto, lo que refleja tanto en el escenario como en su vida cotidiana. Es un alma inquieta.
PA: Tanto yo como todo mi equipo, técnicos y músicos, quedamos encantados con la música de Manuel, con su sensibilidad y su talento. Un tipo de una inteligencia muy incisiva e inquieta. Un buscador, un artista del alma. Hay un reconocimiento mutuo. Desde que empezamos este proyecto, a componer juntos, los dos reconocimos en el otro a un hermano creativo, eso no pasa todos los días, es algo infrecuente. He tenido la suerte de trabajar con muchísimos músicos, pero no siempre es tan fluido y tan espontáneo.
¿Cómo es trabajar con alguien como Aznar: antes una influencia, ahora un compañero?
MG: Es a ratos un poco más complejo y a ratos muy dulce. Lo que no quiero que me pase la cuenta es que me dé cuenta de que estoy tocando verdaderamente con Aznar y se me vaya un acorde (se ríe). Estoy en un estado de gracia por poder trabajar con uno de mis referentes y hoy por hoy, muy justificadamente, el artista latino más interesante que tenemos. Yo antes siquiera de abrir un concierto de él, lo fui a ver por primera vez al Teatro Oriente con mi entrada en la mano, hice la fila, me senté no en los mejores lugares, porque quedé atrás, pero disfruté muchísimo el recital, fue algo de piel.
Inspiración espontánea
PA: Recién en el almuerzo pasó una cosa muy hermosa. Vino la jefa de salón a saludarnos y dijo: "Uh, qué alegría tener a artistas como ustedes, y de a dos, en mi restaurante". Y nos trajeron unas aguas y después vino ella, con una cantidad de hojas en blanco, y las dejó en la mesa. Nos dijo "por si se inspiran". Le dije a Manuel: "escribámosle unas décimas". Entonces improvisamos dos frases cada uno y le completamos unas décimas. Se las firmamos y ella dijo "lo vamos a enmarcar en el restaurante".
Venezuela hoy
PA: Nos preocupa a todos, de la misma forma que nos preocupa lo que pasa en Brasil. Son fenómenos que tienen muchos artistas y que son muy difíciles de leer desde dentro de los países, por la complejidad que implica, y desde afuera, porque uno no está inmerso en la realidad que viven. Hay muchas cosas que son discutibles de un lado y del otro. En todo caso, lo que tiene que primar es la voluntad de la gente. No quisiera ver ninguna intervención extranjera. Me parece que es una cosa que tienen que ver los venezolanos entre sí y ponerse de acuerdo de la mejor manera. Eso es muy complicado y es un cóctel explosivo, y espero que eso no le explote en las manos al pueblo de Venezuela; que el pueblo lo pueda decidir de una manera transparente y democrática.
PA: Totalmente de acuerdo.
MG: Lo importante es subrayar que uno siente dolorosamente aquel tramo de la historia que está viviendo Venezuela. Uno, independiente del acuerdo que vayan a llegar como pueblo, siente, por la gente que se ve en televisión y por los inmigrantes que están en el país, la necesidad de un abrazo, de ayudar en lo que se pueda. Y por supuesto que Trump, que no se ha visto como amigo de los pueblos latinoamericanos, no pareciera ser la vara de lo justo.
¿Ocupa usted hoy el espacio de Cerati o Spinetta en Argentina?
PA: Son irremplazables, nadie podría robarse el lugar y ocupar el espacio de ellos. Son músicos únicos e irrepetibles. La responsabilidad para uno como artista es con la cultura de su país y ser eslabón de una largas cadena que trae innumerables piezas valiosas. Dejar el mejor legado que uno pueda durante los años que Dios le dé por vivir.