En septiembre de 1984, los Smiths comenzaron a grabar su segundo largaduración, Meat is murder. Esta placa debía marcar el paso adelante para la banda, tras las dificultades que enfrentaron en la grabación de su debut homónimo, con el que no quedaron del todo conformes. Por ello, en este nuevo trabajo, los de Manchester decidieron tomar el control del proceso de grabación y producción.
En las nuevas sesiones, la dupla Morrissey-Marr comenzó a componer un material que resultaba más estridente y agresivo respecto al de su primera incursión discrográfica. También era más diverso en ritmos y estilos. Por ejemplo, se escuchan guiños al rockabilly en temas como "Rusholme Ruffians" —que en vivo solían tocar junto a parte de "His latest fame" el tema de Elvis Presley de 1961—, "Nowhere fast" o "I want the one I can't have", los que eran expresión del interés de la dupla creativa por la música de los 60'. En el siguiente largaduración, el legendario The Queen is dead, volverían a insistir en ese punto con el tema "Vicar in a tutu".
La exploración rítmica también alcanzó para trabajar sobre géneros como el funk y el disco en "Barbarism begin at home", en que destaca la interpretación que realizaron el bajista Andy Rourke y el baterista Mike Joyce. Marr, astuto, los resaltó en la mezcla del tema. No era casual, pues antes de formar la banda, él tuvo interés en la música negra, incluso era un gran fan del trabajo de Grandmaster Flash, y no hay que olvidar que su ídolo como guitarrista era Keith Richards -de hecho siempre se refirió al tema "Bigmouth strikes again" como la "Jumpin' jack flash" de los Smiths-.
Pero fue en las letras de Morrissey donde el álbum alcanzó otras cumbres. El cantante decidió salir de los temas de autocompasión y desencanto explorados en el debut y se aventuró en historias más críticas. Por ejemplo en "The headmaster ritual" lanza críticas a los castigos corporales que realizaban los maestros de las escuelas. "El señor te patea en las rodillas/ te pega con las rodillas en la entrepierna", dice en parte de la letra. El texto narra parte de su propia experiencia en la St. Mary's Secondary, de Stretford, en que solo su destacado rendimiento como atleta le salvó del acoso de sus compañeros.
Sin dudas, la canción que da título al LP es la que más destaca en su tono crítico. En ella, Moz, un vegetariano estricto, hace un llamado a no consumir carne, bajo la premisa de que su producción es un crimen. "Esta hermosa criatura debe morir/ una muerte sin razón/ y una muerte sin razón es asesinato", sentencia en la letra.
En la producción de ese track, destacó la tarea del ingeniero Stephen Street, quien añadió los diferentes sonidos de animales que se oyen. "Ahí estoy yo con un álbum de BBC Sound Effects de vacas revoloteando alegremente en un campo. Fue un reto, pero realmente lo disfruté. Encontré algunos ruidos de máquinas, los puse a través de un armonizador y reduje el tono para que sonaran más oscuros y profundos. Hice lo mismo con las vacas, para hacerlo espeluznante", relató a Uncut en 2015.
El feminismo, un interés particular del cantante, también tuvo un espacio en "Shakespeare's sister". Es una composición inspirada en parte del ensayo A room of one's own, escrito en 1929 por Virginia Woolf, en que se sostiene que si el creador de Romeo y Julieta hubiese tenido una hermana igual de talentosa que él, no hubiera gozado de las mismas oportunidades ni reconocimiento.
Esta canción fue elegida como single, pero sólo alcanzó el lugar #26 de los charts, lo que decepcionó a Morrissey. "Puse todo en esa canción y quería que fuera más que nada un gran éxito y, como sucede, no fue así. Podemos hablar de independientes y consagrados hasta el final del día, pero en última instancia, cuando haces un buen disco, quieres que se escuche", contó a Record Mirror ese mismo año.
Pese a sus temas largos —cuatro bordean los 5 minutos—, su producción sobrecargada y sus letras, el álbum fue el único en toda la carrera de los de Manchester que llegó al número 1 de las listas británicas. No obstante, sus singles —"Shakespeare's sister" y "That joke isn't funny anymore"— no tuvieron gran éxito.
Con los años, Marr sería crítico con este trabajo. "Artísticamente, creo que Meat is murder es el menos exitoso de todos los álbumes de The Smiths. Algunas de las canciones se tocan demasiado rápido. Ese soy yo, soy terrible solo por acelerar las cosas", dijo a Guitar Magazine.
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