Directora de Lemebel: "Yo creo que era como un David Bowie chileno"
Ricardo Olave
En conversación con Deutsche Welle, Joanna Reposi habló días antes de conseguir el Teddy Award al Mejor Documental en el Festival de Cine de Berlín. Esta obra, resurge la imagen de uno de los personajes que reivindicó los derechos de los homosexuales y las minorías sexuales.
Desde su muerte en 2015, la figura de Lemebel jamás había estado tan presente en el acontecer cultural. Y hoy, tras la presentación del documental que repasa su legado, transforma su historia en un mensaje universal.
Joanna Reposi es la responsable de coleccionar los testimonios que van conformando un homenaje al artista plástico, escritor, cronista y poeta, considerado como una de las figuras contemporáneas más destacadas de América Latina.
La documentalista y artista visual, en conversación con la Deutsche Welle, desmenuzó días antes los detalles que llevaron a esta producción a conseguir el galardón a Mejor Documental de temática LGBT+ en los Teddy Award, competencia dentro del Festival de Cine de Berlín que reconoce los trabajos audiovisuales con temáticas sobre la diversidad sexual.
https://vimeo.com/311653006
-¿Cuál es el legado que dejó Lemebel en Chile?
-Lemebel es una persona fundamental para Chile. Yo creo que él fue un hombre que estuvo todo el tiempo moviendo y generando debate en la política, en la cultura, siempre cuestionó todas las heteronormas. Él le dio voz a los marginados, a los pobres y a los maricones, a las etnias, a las mujeres y a los derechos humanos. Su obra, su literatura y sus performances surgen a fines de los 80, a fines de la dictadura militar, donde él empieza desde el cuerpo y desde la literatura a darle voz a los derechos humanos, que habían sido relegados en un país golpeado por la dictadura. Había mucha censura y una sociedad homofóbica.
-Él decía que nunca estuvo en el closet, ¿Cómo vivía la homosexualidad durante la dictadura de Pinochet?
-Él lo decía, que nunca escondió su homosexualidad, y tuvo la ventaja de tener una familia que lo acogió. Él fue querido por su padre y madre, pero también discriminado, como cualquier homosexual en país latinoamericano conservador y machista. Esa discriminación la sintió en el barrio, en el colegio. Siempre sintió esa discriminación desde su homosexualidad, pero también en los mundos en donde él participaba. Intentó entrar al Partido Comunista, nunca fue aceptado.
-¿Y en la literatura?
-En la literatura tampoco fue muy aceptado porque era maricón, por lo tanto las élites nunca lo consideraron realmente como un gran escritor. Aunque se ganó premios como escritor. En Harvard lo estudian como un exponente de la literatura latinoamericana. Su obra tiene que ver con ese resentimiento también. Habla desde ahí y usa ese resentimiento para decir punzante, irónica y potente su crítica social.
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Joanna Reposi en la Berlinale.
Joanna Reposi en la Berlinale. Créditos: DW.[/caption]
-Un grupo de estudiantes en Chile rechazó leer la poesía de Lemebel por ser homosexual, y el profesor que lo propuso fue despedido. ¿Sigue habiendo grupos muy conservadores en Chile?
-El discurso de Pedro, si bien surge a fines de los 80, fue un movimiento queer de avanzada y reivindicatoria en derechos humanos en general. Yo creo que hoy en día hay una tendencia muy fuerte, no solamente en Chile, lo vemos con Bolsonaro en Brasil, con Trump en Estados Unidos, y Piñera en Chile. Hay una fuerza conservadora que está como instalándose en el hemisferio fuertemente. Yo siento que su discurso y su lucha política está más vigente que nunca. Se han ganado varias libertades, pero hemos retrocedido. Ese suceso indica que sigue habiendo grupos que lo siguen discriminando y lo terrible es que hayan sido jóvenes.
-Esta película reivindica la figura de Pedro Lemebel. ¿Qué impacto tendrá en Chile?
-¡Yo creo que la vamos a romper! (risas). Yo creo que va a ser potente en varios sentidos. La figura de Pedro es rara porque es un escritor que era también un rockstar, cuando él presentaba sus libros se llenaban las salas, había público afuera, iba por la calle y le pedían autógrafo, es raro encontrar eso en un escritor. Yo creo que era como un David Bowie chileno, un Yoko Ono, una figura que sale un poco de las letras, por su plástica, por su forma de ser y porque él mezcla sus performances con vida, es muy auténtico, muy consecuente, pero a la vez genera mucho rechazo. Él está todo el rato punzándote, cuestionándote. Llevándote al límite. Y eso genera resentimiento también.