Sagradamente, sin excepción desde su debut en 2009, Modern family ha presentado sus nuevos capítulos en septiembre, para despedir cada temporada en mayo siguiente. A falta del anuncio de rigor, la comedia con Sofía Vergara cumplirá por vez final con ese ritual televisivo en el último trimestre de este año -despidiéndose para siempre a inicios de 2020-, luego que se haya informado a comienzos de mes que el ciclo 11° será el de su adiós. Se concretará, así, la casi total extinción de series de comedia con más de diez años de historia en TV, después que The big bang theory también se acabe, en abril próximo, con un capítulo final doble de Sheldon Cooper y sus amigos, que concluirá la entrega 12 de la ficción de CBS.
Pero además, entre el término de una y otra sitcom, este 2019 se apagará otro puñado de títulos emblemáticos de la TV del último lustro o década. En general, la razón parece ser una fatiga producto de los años: si en un comienzo las acompañó el favoritismo de la crítica o los premios, además de buenos números de audiencia, ahora caminan hacia un trayecto final con menos gloria. Se puede decir eso de las dos citadas comedias, como también del thriller Homeland, que sellará su adiós con un octavo ciclo, o Mr. Robot, que le dará un cierre a la historia de Elliot Alderson con una cuarta entrega.
Si Netflix despidió hace unos meses al buque insignia de sus primeros años de producción original, House of cards, en 2019 le tocará a su segunda más antigua. Luego de su séptima temporada, que se espera para el segundo semestre, no habrá más Orange is the new black, que partió como una refrescante comedia dramática en el mundo carcelario, incluso ganando el Emmy con su primer ciclo, y se fue desgastando. Para el gigante del streaming seguramente su término no signifique un dolor de cabeza: solo en lo que va de año ya estrenó dos comedias -Sex education y Russian doll- que encontraron excelente recepción.
Quizás antes de caer en cualquier tipo de fatiga, y con una popularidad que solo ha ido al alza, Game of thrones encarna la partida más singular de estos tiempos -en algún sentido, a la par con Veep, la comedia con Julia Louis-Dreyfus que concluye con su temporada 7-. Además de tener un rating cada vez más alto, la serie se ha llenado de premios, siendo el principal argumento de HBO en su disputa con Netflix. Su octavo y último ciclo, programado para el 14 de abril, parece encontrarla en su mejor momento.
Omitiendo la buena salud con la que llega a su desenlace, Game of thrones parece compartir con The big bang theory y Modern family un punto: el adiós de parte importante de la televisión tradicional y cara -previa al streaming-, que al alcanzar prestigio no temió engrosar sus presupuestos y desembolsar varios millones de dólares por temporada. Una partida que, más allá que la ficción de HBO tenga precuelas anunciadas, en 2019 se verá acompañada del final de otros títulos de TV convencional, como The affair, Gotham, Vikings y Jane the virgin.