Hace diez años, en su debut en el Festival de Viña, Marc Anthony dejaba la Quinta Vergara convertido en la gran estrella del certamen, con el cheque más oneroso desembolsado por la producción aquel año: 420 millones de pesos de la época, la cifra más alta de 2009.
Una década después, el salsero conserva su estatus artístico, pero las tarifas han cambiado significativamente. Para su tercera visita al evento, los números del intérprete son otros y regresa este martes 26 por más del doble de lo que costó su debut, como parte de un acuerdo que, según fuentes ligadas a la producción, se aproxima al millón de dólares ($650 millones), que lo convierte en el solista mejor pagado de este año.
El podio lo comparte con otros de los números más esperados: el quinteto Backstreet Boys, encargados de abrir la quinta jornada y protagonistas de un particular fenómeno en el país, con entradas agotadas en sólo un par de horas. La boyband estadounidense llegó a acuerdo para volver tras 21 años por una tarifa también cercana al millón de dólares. Les sigue de cerca otro de los más populares del certamen, el puertorriqueño Bad Bunny, quien para su estreno en la Quinta cobró cerca de US$ 800 mil ($520 millones).
Sumando lo percibido por los tres nombres más costosos de este Festival, la cifra se aproxima al presupuesto total con el que contó Chilevisión para la confección de la parrilla artística de Viña 2018, la última edición a cargo del canal de Turner, cercano a los tres millones de dólares. En aquella ocasión, el show más caro fue el de Luis Fonsi, quien llegó al evento en medio del boom por Despacito por poco más de US$700 mil.
Lo anterior da cuenta de un cambio de modelo en el fichaje artístico del certamen, hoy a cargo de la productora Bizarro: mientras este año se pagó más por los tres artistas top, el presupuesto se flexibilizó para otros nombres. Entre ellos los encargados del humor, que como es habitual se ubican al otro extremo del espectro financiero.
Según diversas fuentes al tanto de las negociaciones, este año no hubo cifras voluminosas en el ítem cómicos -como los $150 millones que cobró Stefan Kramer en 2018- y se fijó una tarifa estándar para los seis comediantes que subirán a la Quinta la próxima semana, la que parte en un promedio de $12 millones.
A esto se suma otro elemento clave: por primera vez, los animadores de la cita -María Luisa Godoy y Martín Cárcamo- no recibirán un pago extra por su trabajo en la conducción de las seis noches del Festival. Un punto considerable, ya que todos los animadores recientes sí tuvieron un monto adicional por esa labor. Por ejemplo, Ricardo Montaner ganó $115 millones en 2005 y Felipe Camiroaga $65 millones en 2009. En los ocho años que estuvo en la cita, Rafael Araneda negoció con CHV de esta manera: un contrato cada cuatro años donde existía una sola cifra que se dividía por cada mes de ese período. Ese acuerdo incluía un monto para un franjeado, otro para un estelar y un tercero por animar Viña; en ese último apartado, percibía cerca de $40 millones.
Cifras
$650 millones
Es lo que cobraron, aproximadamente, Backstreet Boys y Marc Anthony para su regreso. Le sigue Bad Bunny con cerca de US$ 800 mil.
US$ 3 millones
Fue el presupuesto total con el que se armó la parrilla artística de Viña 2018, cifra similar a la que reciben los tres artistas top de este año.
455 millones
Recibió Luis Fonsi en el Festival del año pasado (US$700 mil). Fue el artista mejor pagado de la última versión del certamen.
40 millones de pesos
Fue el pago que percibió Rafael Araneda por animar cada Viña en la era CHV, como parte de un acuerdo de cuatro años que incluía otros dos programas.
150 millones
Pagó el certamen el año pasado por Stefan Kramer. Una cifra que se acerca a la suma de lo que recibirán todos los comediantes de la próxima versión del evento.