Además de los nervios propios que aparecen las horas previas a subirse al escenario de la Quinta Vergara, Jorge Alís tuvo que lidiar con un imprevisto no menor. Porque el argentino que le abrió las puertas al stand up en el Festival de Viña del Mar en 2014 -fue el primero del género en presentarse- está disfónico.
En la conferencia de prensa de ayer, Alís sorprendió a todos con su voz y contó que desde el viernes, después de un ensayo en la Quinta, su salud se deterioró. "Estoy muy preocupado de esta huevá, no sé lo que me pasó", dijo en tono de chiste, y luego agregó: "me pasó por un virus que me agarré de mi hijo, está toda mi familia enferma".
Su disfonía se la toma con humor, por eso bromeó y aseguró frente a los periodistas que le pedirá a Dios una solución. "Iré de rodillas a Lo Vásquez", comentó.
No presentarse esta noche, después de Marco Antonio Solís, es algo que el trasandino descartó por completo. Por eso, comentó que vería la posibilidad de pincharse durante la tarde. Sin embargo, Alís cambió de planes y recurrió a lo natural, a lo casero: miel con cebolla y miel con jengibre. "Estoy mejorando. Y me trajeron también Papenzima", detalla. Desde la producción de la cita, hasta anoche, descartaban que el trasandino pudiese cancelar su espectáculo.
Su regreso al Festival será con una rutina que, declara, "está muy probada". Nuevamente, abordará temas propios de la sociedad chilena que contrastan con sus raíces argentinas. Además, no dejará de lado la contingencia, y por eso hablará, por ejemplo, de los inmigrantes. "Este nuevo Chile nos hace ser de una manera distinta, nos hace pensar cosas que no decimos y hay una cosa bien clara, y es hacia donde apunta mi texto: este momento de la sociedad donde uno piensa las cosas y no las dice. Y el argentino dice las cosas, y no las piensa. Y esa sensación que está en el medio es la que transmuté", afirmó.