El centro The Now Institute de la Universidad de Los Angeles (EEUU) convocó a 58 arquitectos de renombre internacional. Les propuso escoger las construcciones más emblemáticas del siglo XX, asociadas al movimiento moderno. De allí nació el libro 100 buildings, en 2017. "Este no es un proyecto de nostalgia romántica, sino simplemente de conocimiento fundamental para los jóvenes estudiantes y para cualquier persona interesada en la arquitectura", cuenta a Culto por e-mail Eui-Sung Yi, editor de 100 buildings y director de The Now Institute.
Recién publicado en castellano por la editorial española Gustavo Gili (GG) con el título 100 edificios del siglo XX, el libro recoge la selección de medio centenar de arquitectos de renombre mundial, como los japoneses Tadao Ando y Toyo Ito, la estadounidense Denise Scott Brown, el argentino César Pelli y los españoles Rafael Moneo y Carme Pinós. Ellos determinaron cuáles eran los edificios más destacables y establecieron conceptos formales, espaciales y organizativos. A la par con eso, las construcciones debían tener la capacidad de resistir a los cambios y adaptarse al futuro.
Casas, museos, fábricas y aeropuertos en Francia, Estados Unidos y España se encuentran dentro de los 10 primeros lugares. La figura tutelar es la del arquitecto franco-suizo Le Corbusier (1887-1965), con tres obras dentro del top ten y una de ellas en el primer lugar, la Villa Savoye (en la foto).
Ubicada en Poissy, comuna en las afueras de París, la Villa Savoye fue construida por Le Corbusier entre 1929 y 1931. Con el paso de los años sus paredes blancas, sus espaciosas habitaciones distribuidas en dos pisos y la variedad de pilares, la han convertido en un ícono de la historia de la arquitectura.
En el segundo puesto se encuentra otra obra de Le Corbusier: la capilla de Notre Dame du Haut, conocida como Ronchamp por estar ubicada cerca de una colina en la comuna de Ronchamp en el noreste de Francia, fue inaugurada en junio de 1955, 10 años antes de la muerte del arquitecto. El Convento de La Tourette, levantado en 1957 en Lyon, es la última obra completa de Le Corbusier y figura en el noveno lugar de la lista.
El Centro Nacional de Arte y Cultura George Pompidou -más conocido como Centro Pompidou- ocupa el cuarto puesto. Inaugurado en enero de 1977 por el arquitecto italiano Renzo Piano y por el británico nacido en Italia Richard Rogers, está ubicado en París, específicamente en Les Halles, que correspondía a un mercado mayorista hasta fines de los años 60. El Pompidou es el museo de arte moderno y contemporáneo más importante de Francia.
En el tercer puesto de este ranking aparece el Pabellón de Alemania en Barcelona. Situado en el parque Montjuïc, esta construcción de vidrio, acero y mármol fue diseñada por Mies van der Rohe y Lilly Reich a fines de los años 20 y fue utilizado como el pabellón alemán en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929. De España destaca a su vez el Museo Guggenheim en Bilbao, que con sus sorprendentes y caprichosas formas figura en el 12° lugar. Diseñado por el canadiense Frank Gehry, abrió en 1997.
Desde luego, el Guggenheim de la Quinta Avenida de Nueva York, obra de Frank Lloyd Wright, también integra la selección. Inaugurado en 1959, aparece en la ubicación 16.
De Estados Unidos los arquitectos seleccionaron además la casa Farnsworth, inmueble de la doctora Edith Farnsworth, a la que debe su nombre. Construida entre 1945 y 1951 por Mies van der Rohe, esta vivienda ubicada cerca del río Fox, en Illinois, se reconoce por sus estructuras metálicas y sus paredes de vidrio, luciendo como un mirador. Ocupa el sexto lugar de la lista.
El Salk Institute, diseñado por Louis Kahn en 1965 en La Jolla, California, se suma a esta suerte de canon en la séptima ubicación. Un puesto más arriba, el sexto, está la Fábrica Johnson de Wisconsin, diseñada en 1936 por Lloyd Wright. El arquitecto reaparece en el número 13 con una obra emblemática, la Casa de la Cascada, construida en 1939. Perteneciente a la familia Kaufmann, este inmueble de inspiración japonesa está ubicado en Pensilvania, y es mundialmente reconocido porque se levanta sobre el río Bear Run, de modo que el agua cae como cascada bajo ella y la transforma en una obra de gran belleza y originalidad.