Ante la inminente edición en español de sus ensayos El fin del fin de la tierra (Salamandra), el escritor estadounidense desmenuzó junto a La Razón algunos tópicos que atraviesan el nuevo libro. En la entrevista, Franzen también se da el tiempo para aconsejar a los nuevos novelistas: "Me molesta mucho cuando un escritor dice que la primera persona es más 'natural' que escribir en tercera. Las primeras historias que nos explican de pequeño, los cuentos de hadas, siempre son sobre alguien, sobre un él o una ella, nunca un 'yo'", dice allí.
Sobre observar pájaros y escribir libros:
"Aprendo mucho cuando observo la naturaleza, pero aprender cosas no es el motivo principal para pasar tiempo al aire libre. Y tampoco es la razón por la que leo literatura. Yo observo a los pájaros lo mismo que leo novelas: para tener una experiencia. Sin embargo, las dos actividades estimulan partes muy diferentes de mi cerebro. La observación de pájaros me ayuda a escapar de mí mismo, meterme en la piel de animales que nada tienen que ver conmigo y que no tienen ningún interés en mí. La literatura hace todo lo contrario, al conectarme con mi propia conciencia y para disfrutar de la compañía de otras personas. Miro pájaros para escaparme de los demás".
Calentamiento global:
"La derecha puede simplemente negar e ignorar el cambio climático. Por razones políticas, la izquierda necesita respetar el consenso científico sobre el problema. Ahora, sin embargo, el consenso científico también certifica que es improbable que podamos evitar el catastrófico calentamiento global. De esta manera, la izquierda solo le interesa la verdad científica en la medida que pueda ganar a la derecha con la verdad. Cuando la verdad socava los proyectos utópicos de la izquierda, ya no le interesa esa verdad, y actuará como la derecha. Al menos la derecha es siempre consistente en su rechazo a la verdad. El último ejemplo es el fantástico Green New Deal propuesto en los Estados Unidos (...) Los seres humanos han sido fundamentalmente demasiado egoístas y corto de miras para llegar a acuerdos colectivos respecto al cambio climático. Preferiríamos permanecer intencionalmente ignorantes. Internet y las redes sociales han mejorado vastamente nuestra capacidad para la ignorancia intencionada".
Fin del mundo:
"El mundo no acabará, pero sí cambiará radicalmente. Mi convicción es que debemos aceptar que hemos fallado a la hora de prevenir el cambio climático catastrófico. Tenemos que aceptar este hecho y empezar a reconsiderar nuestras prioridades, sobre todo las prioridades medioambientales. A pesar de que sé que todos mis amigos van a morir un día, eso no me lleva a dejar de quererlos e intentar ayudarles en lo que pueda. Incluso el hecho de su mortalidad me lleva a desear ayudarles mucho más. Y es lo mismo que pienso sobre la naturaleza. Hay muchas cosas que podemos hacer, ahora mismo, para prevenir la extinción de plantas y especies animales. Podemos parar la deforestación, parar la pesca excesiva en los océanos, dejar de contaminar el mundo con plásticos o dejar de matar los pájaros cantores migratorios. A diferencia del cambio climático, estas acciones pueden producir resultados tangibles.
David Foster Wallace y David Means:
"Foster Wallace y yo tuvimos una fuerte amistad de más de 20 años y seguiríamos siendo amigos si no se hubiese suicidado. Mi otro gran colega 'literario' es el escritor David Means y nos conocemos desde hace 30 años. Pero es extrañamente difícil imaginar lo que Foster Wallace podría estar escribiendo ahora. Mi impresión es que si él hubiese sido capaz de imaginarlo quizá todavía estaría vivo. Mi amistad con Vollmann fue importante los años que duró, pero nunca fue una amistad tan estrecha como con los dos David. Cuando hablo de amistad, creo en el amor a primera vista. De vez en cuando, conozco a una persona y, de forma instantánea, siento la necesidad de ser amigo suyo para siempre".
Reglas para un novelista:
"Me molesta mucho cuando un escritor dice que la primera persona es más 'natural' que escribir en tercera. Las primeras historias que nos explican de pequeño, los cuentos de hadas, siempre son sobre alguien, sobre un él o una ella, nunca un 'yo'. Para mí, la narrativa en tercera persona es el descubrimiento artístico más poderoso de la historia. Por cada Lolita que me muestres, yo te enseñaré diez Los hermanos Karamazov.