La historia dice que a fines de los 70, los artistas chilenos verdaderamente comprometidos con el contexto político y social de esos años declararon la muerte de la pintura y comenzaron a producir un arte más radical y transgresor alojado sobre todo en las performances y el video arte. Era la llamada Escena de Avanzada, con el grupo CADA y artistas como Eugenio Dittborn y Carlos Leppe a la cabeza. Algunos pintores como Juan Domingo Dávila (1946) se unieron entusiastas, pero terminaron desmarcados. "Esa energía vital que se veía en la Escena de Avanzada empezó a desintegrarse, ese hacer de arte-vida que proponía el vanguardismo se volvió una especie de burocracia, una cosa muy siniestra, casi parecido a cómo la dictadura cortó radicalmente el flujo sociohistórico de Chile", dijo el artista en 2016, durante la apertura de su muestra Imagen Residual en Matucana 100, que tras dos décadas trajo de vuelta su obra a Chile.
Radicado en Melbourne desde 1974, mismo año en el que colaboró en por lo menos dos performances con Carlos Leppe, Dávila desarrolló al otro lado del mundo la carrera de pintor que no pudo forjar aquí. Su obra está dentro de importantes colecciones privadas y públicas en Australia y ha tenido destacadas exhibiciones en el Museo Reina Sofía en 2002 y Documenta Kassel en 2007.
De visita en Chile, el pintor que en los 90 provocó un roce diplomático entre Chile, Venezuela y Colombia por su imagen de Simón Bolívar a caballo mostrando senos y con la cadera al descubierto, lanzará este sábado su candidatura oficial al Premio Nacional de Arte, apoyado por un grupo de fotógrafos y artistas, entre ellos Jorge Gronemeyer, Gerardo Pulido y Andrés Durán, y dictará charlas en tres universidades en Santiago y Talca.
-Como Ud. Roberto Matta vivió fuera de Chile y nunca quiso recibir el Premio Nacional. ¿Qué piensa de su postulación?
-Me parece algo muy especial y el grupo que me presenta es un siete. Llevo 50 años trabajando y mi mayor interés es hacer ver mis pinturas a las generaciones más jóvenes. La situación de Matta y la mía difieren enormemente. Matta tenía la capacidad de abrir un imaginario y nuevos espacios mentales que los chilenos de esa época negaban en su conservadurismo añejo. Con razón no quiso el premio de arte.
-Sus charlas son en torno a la pintura y usted ha sido un pintor tenaz, ¿por qué?
-Ser pintor es una actividad milenaria, la supuesta muerte de la pintura es una forma de intelectualizar académicamente. Pintar para mí es esencial frente a la digitalización de la imagen que nos bombardea día y noche. La pintura es algo que tiene el potencial de escapar a la lógica mercantil corporativa en arte, donde todo es producto. Pintar valora una representación sin control comercial estatal, al borde de otra visión de las formas y fuera de la teoría de una opresión colonial total.
-¿Cómo fue su relación con la Escena de Avanzada?
-En los 70 participé en performances porque se nombraba por primera vez en arte lo gay. Fue un momento vibrante y mágico. He criticado la Escena de Avanzada porque los creadores y poetas de ese momento extremo, bajo la dictadura, hoy son gente burocrática del sistema que promueve arte y política como la única opción.
-Vive en Australia hace años ¿Sigue presente Chile en su obra?
-He vivido casi 45 años en Australia, eso me dio la chance de sobrevivir como artista. Pero siempre volví a Chile todos los años y expuse acá donde podía, costeando yo el esfuerzo. Acá traté de publicar y hacer ver a los artistas chilenos internacionalmente, ya que se había declarado que bajo la dictadura el arte iba a morir. Mi temática es siempre basada en lo que conocí, viví y me apasionó de acá. Alguien me dijo entonces, háblame sólo de tus pasiones, lo demás no.
-¿Cuáles son los temas que le interesa llevar a la tela?
-Siempre he tratado de valorar nuestra primera modernidad, que es la indígena milenaria. Me interesa pensar la historia del arte acá contra el lenguaje occidental moderno, lineal y limpio. Nuestro mestizaje debe ser valorado, la tradición del oprimido y bastardo desafía la idea historicista del tiempo como una totalidad progresiva y ordenada. La pintura permite desplazar nuestra relación cultural colonial y de repetición a lo occidental.
-¿Cómo se sintió en su exposición de Matucana 100 en 2016 junto al curador Paco Barragán?
-Ellos me dieron el apoyo y las platas para traer una muestra de trabajos recientes. Antes en 2011 BLOC me invitó, al igual que la Galería Gabriela Mistral en 1996. Han sido las únicas invitaciones serias que he recibido y me sentí entusiasmado de tener esas oportunidades. Los museos, nada. Con la exposición en Matucana 100 tuve una recepción cálida y el entusiasmo de mucha gente, lo que me hace soñar en volver.
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El Libertador Simón Bolívar, 1993. La pintura se exhibió en Londres y la polémica escaló a niveles diplomáticos.[/caption]
Juan Dávila en sus palabras
El artista dará tres charlas abiertas sobre pintura en universidades. Mañana a las 18 horas estará en el auditorio E11 de la U. Alberto Hurtado (Erasmo Escala 1822). Previa inscripción. El jueves, a las 17 horas, en el auditorio 3 del Campus Oriente de la U. Católica (Av. Jaime Guzmán 3300) y el 27 de marzo, a las 19 horas, en la Sala Emma Jaush (2 Norte 685, Talca) de la U. de Talca. Este sábado 23, en tanto, a las 12.30 lanzará su candidatura en Taller Bloc (José Manuel Infante 1428).