Diez cosas que debes saber sobre la nueva novela de Francisco Ortega

El nuevo libro de Francisco Ortega (Victoria, 1974) tiene dos historias paralelas. Una ambientada en 1890 con el personaje real de Gustave Verniory aliado con Leonora Latorre, quien es el personaje de Adiós al séptimo de línea. Aquella parte, narrada en tercera persona, se relaciona con una conspiración vinculada con el presidente Balmaceda. Y la otra es la historia principal de la novela, narrada en primera persona, que ocurre en la actualidad. Esta está ambientada en Madrid, en Berlín, en Edimburgo, en Valdivia y en Santiago y la narra Princess Valiant. "Originalmente eran dos novelas de 300 paginas", dice Ortega, "pero se decidió publicar como una novela de 600 paginas que abre y cierra."

No es primera vez que el autor chileno narra en primera persona con voz femenina, pero es primera vez que lo hace, aclara, a gran escala. "Y para eso me asesoré con escritoras, dramaturgas, guionistas y con un selecto grupo de feministas muy feministas que me ayudaron a pensar como mujer".

Una de las tramas de El cáliz secreto sucede en la Araucanía, y es sobre la construcción de puentes entre Temuco y Victoria. "Toma el tema de los mapuches, pero en el siglo XIX y mezclado con conspiración religiosa y masónica", dice Ortega. Eso sí: el cuerpo principal de la novela es un thriller policial y tiene que ver con un crimen y una venganza. Ahí entra Princess Valiant, el personaje principal, y quien busca a dos mujeres; a una asesina y a su mamá. "Y eso se mezcla con la presencia real del cáliz de los jesuitas que es una historia de un objeto religioso muy importante en la historia de Chile que desapareció en 1982, y ahí hay una vinculación con la dictadura de Pinochet y con logias masónicas".

Está tanto la derecha como la izquierda, hay dictaduras de un lado y del otro. La figura de Pinochet, asimismo, es clave. "De hecho, una de las frases que repite el personaje es que odia a las mujeres que matan mujeres. Porque en su camino se cruza con una ex torturadora y abusadora de mujeres que trabajaba para la CNI."

La novela también juega con la idea de una familia ficticia muy poderosa, los Edmunds, dueños del diario emblemático de Chile. "Cualquier semejanza con la realidad", dice Ortega, "…espero que no me desaparezcan". Y agrega que eso se mezcla con toda la historia donde además es importante Pinochet, la masonería y la iglesia católica. "Dejo un poco de lado lo que es la paranoia de la iglesia evangélica."

Pero no es necesario leer las tres novelas anteriores. Esta es una novela que cierra, que tiene un final. "Es muy difícil que tenga una segunda parte", dice el autor. "Todos los misterios se resuelven". Aun así, está ambientada en el universo de El verbo Kaifman (2015), Logia (2014) y Andinia, la catedral antártica (2016), y de rebote en el universo de Salisbury (2017), pero es una novela autónoma e independiente.

Según el autor, la narración y estilo se parecen más, en el tono, a las novelas del sueco Stieg Larsson, autor de la saga Millennium, que a las del estadounidense Dan Brown. "A quien siempre me han comprado".

Hay una trama de esta novela que tiene que ver con un mito local: el nombre secreto de Santiago. Porque Inés de Suarez le habría dado junto a Pedro de Valdivia otro nombre a la ciudad. Y por alguna razón, ese nombre se cambió. "La realidad respecto a este nombre está en un edificio muy emblemático en el centro de Santiago, el cual todos conocemos, pero no nos damos cuenta lo que tiene en el techo", dice Ortega. "Es una figura de dos caballeros templarios. Es una figura que pertenece hoy día al Banco Santander." Y por eso su novela gira en torno a ese edificio y lo que había antes. Además de esa locación, dice, otro lugar es importante el Cerro Blanco y el Cementerio Metropolitano.

Princess Valiant vive en Berlín, junto con su pareja, quien es DJ de un club muy exclusivo de la ciudad alemana. "La escena de la música electrónica berlinesa es fundamental", dice Ortega. No solo eso, ya que hay un capítulo entero de la novela que ocurre durante un concierto de Depeche Mode en el Estadio Olímpico de Berlín, y así, mientras Dave Graham y Martin Gore cantan, ocurre algo. "Es una novela más cool que las anteriores", aclara el autor. "Las letras de bandas como Tears for Fears o grupos como Tangerine Dream son claves."

El cáliz secreto tiene una banda sonora con canciones compuestas por Rodrigo Stambuk, el bajista de Glup!, y quien ahora hace música electrónica. Se pueden escuchar en una lista de Spotify. Stambuk, además hizo la música del tráiler del libro.