En el año 2026 la humanidad vive oprimida por un gobierno extraterrestre y dividida en dos facciones: los que han decidido colaborar con los invasores y aquellos que optaron por sumarse a la resistencia. Es el mundo post-apocalíptico que el director británico Rupert Wyatt, encargado de revivir la franquicia de El planeta de los simios en 2011, plantea en su más reciente filme, La rebelión, que hoy llega a cines chilenos.
"Hace tiempo que estoy interesado en esta idea de sociedad, de una población que vive oprimida y bajo ocupación, y de sus decisiones y reacciones frente a eso", comenta al teléfono Wyatt, consultado por su cuarto largometraje -y el segundo escrito por él mismo-, que tiene en como protagonista a Ashton Sanders (Moonlight) en el papel de Gabriel, un joven de Chicago que se vincula a los rebeldes.
John Goodman y Vera Farmiga también actúan en el thriller de tono claustrofóbico y presupuesto acotado, en el que buena parte de la crítica especializada ha visto ciertos paralelos con el panorama político actual. Aunque Wyatt asegura haber encontrado sus referencias en el pasado reciente.
"Vi muchos documentales del siglo XX en particular e hice observaciones de los nazis en la Segunda Guerra, de la ocupación de Argelia por parte de los franceses y con Chile tomé el caso de Augusto Pinochet. Esto, con la idea de analizar cómo la gente se enfrenta a todo tipo de situaciones de guerra, cómo la fuerza física de la opresión puede afectar la vida de las personas y a aquellos que son marginados", detalla.
-¿Qué lo inspiró puntualmente de la época de Pinochet?
-Bueno, no estoy al tanto de todos los detalles, así que no hay referencias directas, pero sí vi documentales de Pinochet en Chile que muestran a la gente y su vida en las calles. Hay aspectos del período de Pinochet que encontré muy provocadores e interesantes, por cómo se relacionan a esta historia que estoy contando. Y con eso me refiero al tipo de naturaleza invisible que gobierna y cómo el poder de la fuerza policial socava al gobierno democrático.
-¿Cómo fue volver a trabajar con Goodman en un rol dramático?
-Lo que me atrae de John, con quien ya habíamos trabajado en The gambler, es su increíble potencial. Esta es una historia muy guiada por los personajes que exigía actores al nivel de John, y logramos armar un ensamble de personajes muy fuertes. Al final, (la película) no es sobre relaciones, sino de gente peleando por sus vidas, manteniendo la cabeza abajo.
-¿Diría que los aliens son una mayor amenaza que los chimpancés?
-Sí, yo diría que sí.