Las 8,5 nuevas hectáreas habilitadas en el Parque O'Higgins para la nueva versión de Lollapalooza hacen la diferencia, y la caminata desde los tradicionales accesos de avenida Tupper y Viel hasta el renovado escenario Aldea Verde -ahora ubicado prácticamente en Rondizzoni- puede llegar a ser una odisea si se repite varias veces en un mismo día.
Gajes del oficio para los asistentes al mayor festival de música del país, que entre hoy y el domingo espera convocar nuevamente a 240 mil personas en una ambiciosa edición, cargada de novedades en lo técnico y también en lo musical, que dan pistas del futuro inmediato del evento y de un décimo aniversario para 2020 en el que la producción ya trabaja.
Entre las principales innovaciones de esta novena versión de la cita destaca, precisamente, la expansión territorial. En total, se usarán esta vez 38,5 hectáreas (hasta el año pasado eran cerca de 30), más de la mitad del paño completo del parque, como parte de un crecimiento que incluye el estreno de ocho escenarios; uno más que en 2018 y tres más que en 2011, cuando el espectáculo debutó en Santiago con entonces cinco espacios para la música.
El cambio trae consigo otra novedad significativa: por primera vez habrá un tercer acceso al evento, por calle Rondizzoni, que según los productores no sólo busca agilizar y descongestionar el proceso de entrada y salida del evento (y conectarse de paso con la estación de metro del mismo nombre), sino además cambiar la experiencia completa del festival y los circuitos que éste propone.
En ese sentido, los asistentes que ahora ingresen por el costado sur del parque pueden optar por enfocar la atención en esa zona, donde hoy debuta el reubicado Kidzapalooza (también en el costado sur del parque) y el remozado Aldea Verde Stage, con capacidad para más de 6 mil asistentes, que ahora funciona 100% en base a energía solar y con un menú musical más estelar que en años anteriores (Ana Tijoux y el nigeriano Seun Kuti, entre otros, actuarán en esa tarima).
Los dos escenarios centrales -sumados al llamado Perry's Stage, en el Movistar Arena-, donde desfilan los nombres más populares y convocantes del evento, mantienen su ubicación habitual, mientras que el Lotus Stage funcionará donde el año pasado estuvo Kidzapalooza. El escenario Acer, otro espacio reservado para shows estelares, se mantiene en el extremo oriente, aunque con un leve cambio de orientación, con menos árboles entre público y tarima. La idea, explican desde la organización, era "limpiar" un poco el sector, donde el año pasado se registró un bochornoso incidente en el que fans de Royal Blood acosaron a niñas que esperaban a Camila Cabello.
Dominio regional
Los ocho escenarios que hoy lucirá el Lollapalooza chileno no sólo lo convierten en líder indiscutido en ese ítem entre sus pares sudamericanos (Argentina y Brasil, con cinco y cuatro, respectivamente), sino que además supone la presencia de una mayor cantidad de artistas (ver infografía). Un apartado donde la versión local de la cita también se impone ampliamente: mientras que en Buenos Aires serán 92 y en Sao Paulo 70, un total de 132 grupos y solistas desfilarán por el Parque O'Higgins durante este fin de semana.
Pero si se trata de innovaciones relevantes, una de las más significativas se encuentra en la parrilla musical, hoy dominada por artistas que pertenecen a todo lo que actualmente se entiende por género urbano. Desde el estadounidense Post Malone a la chilena Paloma Mami y el argentino Paulo Londra, algunos de los artistas más esperados de esta edición y los que dominan hoy las preferencias de los usuarios de las plataformas de streaming.
El espectáculo comienza hoy a las 12.30 con las presentaciones de las chilenas Frank's White Canvas y los franceses The Inspector Cluzo, para cerrar con Lenny Kravitz y Kendrick Lamar. Durante el día, además, la Ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, le entregará la Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda al líder de Jane's Addiction, Perry Farrell, creador de Lollapalooza.