Con un retraso de media hora a causa de las fallas técnicas en el show de Lenny Kravitz, el rapero estadounidense Kendrick Lamar cerró la primera jornada de Lollapalooza Chile 2019 con un show que puede estar entre los más recordados de esta edición.
Que el músico haya ganado el Pullitzer de la música por su álbum DAMN, en 2018, no es casual. A la manera de estrellas del género como 2Pac o Jay Z, él consolidó un camino que le permitió hacer más universal su propuesta. En su celebrado disco To pimp a butterfly probó con el cruce de estilos, pero su trabajo en vivo es otra evidencia de esa búsqueda de una narración convincente.
Por eso es que el show del californiano no da treguas. Sabe que su público es mayoritariamente joven -de hecho a esa hora los adolescentes repletaban el área del VTR Stage-, por lo que ofrece bloques de canciones de alta intensidad para bailar, seguidos de momentos de descanso, y luego seguir el ritmo. Así lo hizo tras empezar el concierto con la tríada "DNA", "Element" y "King Kunta".
Con una puesta en escena sobria, apoyada por visuales muy minimalistas que no ensuciaban su performance, el cantante despachó un set que se concentró en los temas de su disco DAMN, más algunos de la banda sonora de Black Panther y algunos infaltables como "Bitch, Don't Kill My Vibe", del álbum Good Kid, M.A.A.D City.
Los momentos del concierto eran marcados con pausas desarrolladas con las pistas de apoyo o con pequeños clips de video que nos introducen al mundo lírico de Lamar que habla de abusos, miserias y el lado menos amable del sueño americano.
Por ello su setlist incluyó "XXX", un tema en el que no se anda con rodeos. "Hay asesinatos en mi calle, tu calle, la calle de atrás, en Wall Street, oficinas corporativas, bancos, empleados y jefes con pensamientos homicidas", canta en la letra.
Lo interesante es que el hombre de las rimas también echó mano a otros recursos para dr a conocer su mensaje. Por ejemplo, presentó una pieza audiovisual que tenía guiños a la cultura japonesa y los videojuegos. Otro guiño a su público joven.
El artista fue conciso, habló lo justo y dejó que la música fuera la protagonista. Para él lo que importa es el mensaje, por ello es capaz de manejar los tiempos del show para generar momentos de conexión con su audiencia, como por ejemplo, al cantar "Loyalty", seguida por "Lust". Un golazo.
El cierre emotivo con "Alright", "Humble" y "All the stars" -de la banda sonora de la película Black Panther-, fue seguido con fervor por el público, acentuado por el lanzamiento de fuegos artificiales y la participación del respetable coreando los temas. La revista Rolling Stone lo consideró el mejor rapero vivo. Si alguien pone en duda ese juicio, lo mejor que puede hacer es asistir a un show de Lamar.