Portugal. The Man: de Chadwick, el aborto y las injusticias
El quinteto de Alaska, que cinco años antes pasara desapercibido y casi sin respaldo del público, tuvo su revancha en Lollapalooza 2019. Con una puesta en escena que tuvo prácticamente de todo: guiños a Metallica y Pink Floyd, psicodelia y, como sorpresa, un mensaje no menos político que confrontacional, Portugal. The Man encendió la tarde del sábado.
Beavis y Butthead, los protagonistas de la mítica serie homónima que representara a toda una generación de metaleros en los lejanos noventas, se toman la pantalla gigante del Banco de Chile Stage. No es un flashback, aunque lo parece: allí están los dos, como siempre sentados frente a su televisor, evocando las viejas tardes de MTV, mientras se burlan del vídeo musical de turno, "Feel it still", de Portugal. The Man. De pronto Butthead, acaso el más iluminado del dúo, deja de lado las burlas, calla a su compañero, abre bien los ojos, parece encantado con lo que ve y escucha, y finalmente ensaya la presentación que acompaña desde hace un par de años al quinteto oriundo de Alaska: dirá que son "mejores que The Beatles", "mejores que The Rolling Stones" y que, en unos pocos segundos, estaremos en presencia de "la mejor banda del mundo".
Culminado el speech de los míticos personajes, los miembros de Portugal. The Man saltan hasta el escenario para dar comienzo a su redebut en Lollapalooza Chile con la misión de dejar un mejor sabor de boca que cinco años antes, en la versión de 2014, cuando no pudieron contra los problemas de sonido. En esta oportunidad, sin embargo, llegan más maduros y con un hit —el que tanto tiempo esperaron y el que los ubicó en el centro de la escena— bajo el brazo.
La estrategia de los de Alaska, hoy situados en Portland, es demoledora: el inicio es un medley-homenaje que comprende "For whom the bells tolls" de Metallica y "Another brick in the wall" de Pink Floyd, interpretado bajo su particular estilo. De hecho, la primera interacción que proponen con los miles que llegaron hasta el Banco de Chile Stage es el coro del himno británico: el "¡Hey, teacher, leave the kids alone!" retumba, antes de poner marcha a sus canciones.
Lo que nadie esperaba, que se robó todas las miradas, y que también instaló la primera gran polémica de la jornada —incluso antes del inesperado mar de gente que rebosara el Lotus Stage durante el show de Paloma Mami— vendrá unos minutos después: la misma pantalla en la que aparecieron Beavis y Butthead, y en la que después surcaron unas calaveras, colores y secuencias psicodélicas, ahora exhibirá fuertes mensajes políticos.
Contra Andrés Chadwick: "No todos somos Chadwicks".
Cuestionando la privatización del agua: "Chile es el único país en el mundo en que el agua está privatizada y en este momento están teniendo muchos problemas. La gente no tiene agua para beber o tomar un baño".
A la carga contra las autoridades: "Autoridades chilenas: el agua JAMÁS debe ser privatizada. No es un privilegio, es un derecho".
Mensajes al pueblo mapuche: "Apoyo y respeto a los habitantes originales de estas tierras" y "Justicia para Camilo Catrillanca".
Y a favor del aborto: "Mi cuerpo, mi decisión".
La escenografía asumió, desde ese entonces, el rol protagónico de la presentación. Y cada uno de esos "recados" se transformó en aplausos de buena parte de los asistentes.
En lo estrictamente musical, Portugal. The Man aprobó la tarea: brindó un show marcado por ese rock experimental plagado de guiños a la psicodelia, sobre todo en esos largos pasajes instrumentales que también dejan ver la capacidad de cada uno de sus integrantes.
Con un setlist idéntico al que presentó un día antes en el Hipódromo de San Isidro, en la versión argentina del festival, la banda convenció a los presentes. Acaso sus puntos más altos llegaron de la mano de "Modern Jesus" y, cómo no, al final con su greatest hit, "Feel it still", que anunciaron minutos antes, de nuevo recurriendo a la pantalla gigante, y quizás desafiando un poco al público:
"No os preocupéis, tocaremos 'esa' canción ahora".
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