Posiblemente por su cariz más indie y de bajo perfil mediático, en principio el show de Foals en el Banco de Chile Stage –su segunda vez en Lollapalooza Chile-, no congregaba una gran multitud. Sin embargo, la intensidad de su espectáculo poco a poco llamó a más devotos, como si fuesen invitados a una fiesta indie.
El grupo de Oxford se presentó con un nuevo disco, Everything not saved will be lost, del que tocaron algunos temas como "On the luna" e "In degrees". Tal como ha comentado el vocalista Yannis Philippakis en varios medios, el material enfatiza las texturas y los ritmos. A ello se suma la partida del bajista Walter Gervers, lo que obligó a la banda a repensar sus métodos de trabajo. Ese resultado es el que vimos en su presentación.
Conscientes de la audiencia para la que tocan, y el sonido de sus nuevas composiciones, planificaron el set de manera de potenciar los temas que invitan al movimiento. Por ello, y a diferencia del set que tocaron en Argentina, arrancaron con "Mountain at my gates", de anterior álbum What went down.
A pesar del carácter más ambiental de su nuevo material, el grupo sabe que lo suyo es llamar al baile. Tal como la vieja tradición de los primeros años del rock 'n' roll. Con una mezcla de sonido cargada a los bajos y al sonido de la batería –que tuvo a un Jack Bevan muy claro y firme en su ejecución-, la banda ofreció un set intenso con temas como "Olympic Airways", "Red socks, pugie", entre otros. Y como siempre, el momento de calma llegó con ese neo clásico indie que es "Spanish Sahara".
Ya en su última presentación en el país, en 2016, el ahora cuarteto demostró que maneja cada vez mejor su show en vivo. En esta ocasión la puesta en escena sumó dos instrumentistas que se ocupan de los equipos como el Novation Bass Station, un set de percusiones y un bajo eléctrico. Así, como si fueran una sonora indie rock, los ingleses ofrecen un directo arrollador y efectivo.
Yannis Phillipakis ha pulido sus habilidades de frontman. Pasó de ser solo la voz del grupo a ser su rostro, el hombre ancla que aparece en ciertos momentos del espectáculo para introducir canciones, interactuar con el público –e incluso bajar a tocar cerca de ellos- y darse el tiempo de gritar en perfecto español: "¡la raja!".
Ya hacia el final, con temas como "Inhaler", "What went down" y el final con su ya clásica "Two setps, twice", el público estaba entregado a la fiesta. De esta forma, Foals cerró la que hasta el momento es su mejor presentación en Lollapalooza Chile, y deja abierta la curiosidad para ver cómo se explayan en un formato larga duración, como el del sideshow que ofrecerán este martes 2 de abril en La Cúpula. Porque ellos dieron el salto y entendieron que conciertos y discos corren por carriles diferentes. Y hasta el momento los dominan a su antojo.