Hace exactamente un año, Lollapalooza fue la excusa perfecta que Don Rorro y compañía utilizaron para celebrar a lo grande, una vez más, el aniversario 25 de su metal pájaro. Con un show aceitado, potente, y que incluyó su batallón de éxitos, reversiones de cumbia, algo de axé, invitados e incluso una kiss cam, levantaron una fiesta en el Lotus Stage. Por eso no es de extrañar que en la presente edición del festival, la novena, fueran invitados nuevamente. Lo que acaso sí llama la atención es el escenario de esta ocasión: Kidzapalooza..., sí, el espacio a la medida de los más pequeños.
Falta poco más de una hora para las 17.30, hora fijada para el comienzo del espectáculo, y Rodrigo Osorio, Don Rorro, siempre de jockey, polera gris con estampado de Pokémon, lleva paseándose un rato por la zona de prensa, esperando la señal para sentarse a dar una entrevista. A su lado, todos la observan, hay una copa grande, más propia de un campeonato de fútbol que de un festival como el Lolla. En la inscripción, grande, dice: Sinergia. Ganador 1º Copa Gamer.
—Rorro, te molesto un poco..., el año pasado presentaron un show súper rockero en el Lotus. Ahora en Kidzapalooza, ¿qué podemos esperar?
—Es un show súper potente también, rockero. Sinergia es una banda de rock y nunca vamos a abandonar eso, pero va a ser mucho más interactivo y con participación familiar. El show está transformado en una suerte de torneo, en que cada canción va a ser un nivel o un desafío a cumplir. Es una cosa más cercana a un musical. Es una jugada muy arriesgada que estamos haciendo —anticipa, entre risas.
Son las 17.35, y con un poco de retraso, la pantalla gigante advierte el comienzo de Sinergia Kids Game, nombre con el que está anunciado el espectáculo. El clip rápido confirma las palabras del frontman: los integrantes de la banda, todos vestidos con un jocoso pijama de animal, asumen el rol de gamer. Hay, también, otro nuevo ingrediente en la ecuación: Lorena Miki se suma al escenario como animadora, y junto a Don Rorro, explican las reglas del novedoso juego.
Básicamente, cada canción representará un nivel, un desafío, en el que tanto la banda como el público —contendientes de turno— deberán realizar de la mejor manera posible las dinámicas que se les pida. El ganador del torneo se llevará la copa.
Nivel 1, desafío de baile: al son de "Mujer robusta", uno de los mayores clásicos de Sinergia, Don Rorro y compañía ensayan una coreografía que los espectadores replican en el estribillo.
El metal pájaro se echó a la gente al bolsillo desde el inicio.
Le seguirán varios niveles y desafíos: seguir coordinadamente una serie de señales durante "Lo vamos a pasar bacán"; hacer sopaipillas con las manos al son de, precisamente, "Sopaipillas con mostaza"; abrazar a la pareja o al más cercano durante "Amores de gamers"; "robarle la energía" a los integrantes del grupo, que se internaron entre los asistentes, en "Me gusta me gusta" y respetar el minuto de silencio durante el homenaje a su hermano pájaro caído, Chimuelo. También habrá espacio para pasajes de axé e incluso un pequeño cover de "One" de Metallica.
Con un empate virtual en el marcador, el desafío final, algo así como el boss en los videojuegos, consiste en cantar en lenguaje animal "Mi señora": segundos más tarde, todos los presentes, niños, padres y también los más fanáticos, corearon la canción emulando los maullidos de un gato. Final y triunfo para el público, que respondió en todo el momento a las dinámicas que ofrecieron los pajarones. La Copa Gamer, como prometieron, se le entregó a una de las pequeñas que más disfrutó el espectáculo.
"Te enojái por todo" coronó un show distinto, redondo, más familiar pero, sobre todo, cargado de humor.