Veep: la reverencia final de Selina Meyer
Esta será la temporada más corta de una serie que se merecía la espera, la pausa para volver con una reverencia final antes de partir y dejar una nueva vara de sátira, incorrección y también risas por minuto.
El 31 de marzo Veep volvió a la pantalla tras casi dos años fuera. Fue una pausa obligatoria por el tratamiento contra el cáncer de su protagonista, Julia Louis-Dreyfus y le puso más presión a una temporada que ya tenía bastante: es el séptimo ciclo de una comedia que no ha tenido momentos bajos, una de las más premiadas de los últimos años y que ahora presenta su temporada final, la que debe estar a la altura.
Si alguien tenía alguna duda de que esto fuera a ser así, puede respirar con tranquilidad, porque al menos en su primer capítulo este regreso está por todo lo alto, mostrando lo mejor de lo que la ha hecho el éxito que es: un festival de diálogos a alta velocidad, insultos nunca antes escuchados, personajes inoperantes y toda la incorrección política que se puede embotellar en media hora. Y en una época en que muchos se quejan de que la gente está demasiado sensible y no se puede hacer chistes sobre nada, Veep demuestra lo contrario: si el chiste es lo suficientemente inteligente y bien escrito, se puede bromear sobre tiroteos, aborto, raza... y todo en un solo capítulo.
En el inicio del séptimo ciclo la historia se retoma justo donde quedó en el final del anterior. Selina Meyer ha decidido volver a candidatearse a la presidencia y junto con su equipo están buscando el momento perfecto para hacer el anuncio, mientras hay tres noticias de tiroteos masivos, los que lejos de entristecerlos los hacen sacar la calculadora y ver cuál es la mejor forma de sacar provecho de ellos.
A estas alturas Veep es una máquina bien aceitada que funciona con precisión y esto es en parte gracias a un guión consistentemente bueno y a un tremendo elenco, liderado por Louis-Dreyfus que -se sabe- no falla. Es difícil pensar que esta serie llegaría a un séptimo ciclo, y de tan buena forma, con otra actriz al frente. En una época en que la comedia televisiva pasa por un buen momento, con títulos como Atlanta, Barry y The good place entregando historias inteligentes, novedosas y muy divertidas, igual se siente que cuando llegue el final de Veep, el 12 de mayo, va a quedar un vacío.
En siete temporadas la serie logró mostrar entre hilarantes chistes lo peor del mundo político y la egolatría, ignorancia e indolencia que pueden llegar a tener las personas que manejan el país más poderoso del mundo. Y si al inicio de su historia, en 2012, esto parecía ser una sátira de exageración extrema, con el inicio de la era Trump cinco años después dio la sensación de que sus chistes estaban un poco más cerca de la realidad.
Con siete episodios, esta será la temporada más corta de una serie que se merecía la espera, la pausa para volver con una reverencia final antes de partir y dejar una nueva vara de sátira, incorrección y también risas por minuto.
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