Game of Thrones, el invierno está aquí: de saludos amargos y verdad sin anestesia
Los reencuentros marcaron el debut de la octava temporada y final de la serie de HBO, al igual que la revelación a Jon Snow respecto a su linaje y título.
Con una cuenta regresiva que solo aumentó la tensión 10 segundos antes de su inicio, Game of Thrones debutó su octava temporada y final con una introducción renovada, tal como prometió su diseñador en entrevista con EW. A diferencia de las anteriores, mostró el interior de locaciones clave como Winterfell y King's Landing, pero el 'opening' es solo una muestra de lo que está por venir.
Reencuentros agridulces
Sin mayor preámbulo, la historia comienza en Winterfell y la esperada llegada de Jon Snow y Daenerys Targaryen. En los ojos de Arya se ve la decepción cuando Jon pasa de largo sin notar su presencia en el comité de bienvenida, así como su asombro cuando los dos enormes dragones sobrevuelan el castillo nortino. Su hermana Sansa no piensa igual.
"Te dije que los del norte no confían en forasteros", le dijo Jon a Daenerys, pero lo cierto es que más pesaba la desilusión de quienes confiaron en su Rey en el Norte y lo vieron regresar como súbdito de una Reina que nunca proclamaron. Más allá de las expresiones de disconformidad, su hermana Sansa le recriminó directamente que jurara ante la madre de dragones, tal como hizo la joven Lyanna Mormont frente a todos. "¿Te arrodillaste por el Norte o porque la amas?", le dijo Sansa a quien repite sin cansancio que renunció a un título que no le pertenece, para salvar a su gente.
No fue la única. Arya, la hermana 'regalona' de Jon también estableció que desconfía de su decisión, quizás con menos crudeza, pero dejando claro que apoya el criterio de Sansa. Jon Snow parece ser el único nortino convencido de que Daenerys debe ser la monarca de los Siete Reinos.
Entre saludos que trajeron alegrías -como Arya y Gendry- hubo uno en particular que dio un cierre intenso al episodio: Jaime Lannister llegó a Winterfell huyendo de su hermana desquiciada y al primero que vio fue a Bran, sentado en una silla de ruedas con la mirada perdida. Sabe que él fue el responsable y debe pagar por ello.
Nuevas estrategias
La temporada anterior dejó la idea de que las casas sobrevivientes sentarían una tregua para combatir en conjunto contra los Caminantes Blancos, de la misma forma que mostraron a los espectadores que Cersei no tenía la menor intención de unirse a la causa Stark-Targaryen.
La única que se mantiene escéptica al plan de Jon es Sansa, y cómo no, si conoció de cerca -como rehén- a la tiránica Lannister. Luego que Tyrion la alabara destacando que muchos de quienes la subestimaron ahora están muertos, escuchó incrédulo la sentencia de Sansa: "¿Realmente le creyeron? Creí que eras el hombre más inteligente que había conocido".
Parece que las mujeres llevan la delantera cuando de intuición y estrategia se trata. Cersei, con la sonrisa maquiavélica que la caracteriza, se alegra cuando su maestre le anuncia que los Caminantes Blancos lograron atravesar el Muro. En su mente, es la forma perfecta de acabar con los Stark y la mujer Targaryen sin moverse de su trono.
En simultáneo, sigue urdiendo un plan con Euron Greyjoy quien solo busca la salida fácil de aliarse con quien cree la ganadora y asegurar su puesta embarazándola. Craso error, pues dio la instancia perfecta al arrepentido Theon para rescatar a su hermana Yara y restablecer a la reina que Pyke merece. Él, en tanto, regresará a sus raíces: peleará por la familia que lo crió.
Verdad sin anestesia
No es aventurado decir que más allá de la gran batalla final -que promete ser la más espectacular de la historia de la televisión-, lo más esperado era que Jon Snow descubriera su verdadero linaje y el título que por sangre le corresponde: Guardián de los Siete Reinos y heredero legítimo del trono de hierro.
A una velocidad impresionante, Game of Thrones develó la verdad en boca de Samwell Tarly, su mejor amigo. Aún con el dolor que implicó saber que Daenerys dio la orden de ejecución para su padre y su hermano, Sam tomó fuerza y dijo a Jon lo que descifró junto a Bran: Jon Snow es hijo de Lyanna Stark y Raeghar Targaryen.
Poco importa la sugerencia de Sir Davos de que Jon y Daenerys gobiernen juntos, o si son felices montando dragones lejos de todo lo demás. "Renunciaste a tu corona para salvar a tu gente ¿ella hará lo mismo?", preguntó Sam a Jon.
Que comience el juego de tronos.
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