Desde el antiguo Egipto que se creaban figuras antropomorfas, mezclando felinos y reptiles con las figuras humanas. La que tiene mayor data fue moldeada hace 13 mil años y consiste en un cocodrilo hallado en Turquía.
Pero su origen como 'Gárgola' propiamente tal, está en Francia a partir de la palabra 'gargouille', que se suele asociar a 'garganta' y aquellas estatuas que expulsan agua por sus bocas. Sin embargo, su etimología nació de una antigua leyenda llamada La Gargouille, la historia de un dragón que aterrorizaba a los habitantes del pueblo Rouen.
Según cuenta la leyenda, durante siglos el dragón tragaba los barcos e inundaba el pueblo, hasta que un día llegó un sacerdote llamado Romanus que decidió derrotar al dragón solo si el pueblo se convertía al Cristianismo. Romanus venció a La Gargouille haciendo el signo de la cruz, enterró su cuerpo y la cabeza fue expuesta afuera de la iglesia, para espantar a otros dragones.
Si bien las gárgolas tienen un uso práctico desde su masificación a partir del siglo XIII como desagües decorativos, también tenían fines ideológicos-místicos. Para la Iglesia Medieval Católica, las figuras representaban la maldad, los demonios y el dolor para quienes tuvieran que pagar sus pecados en la vida post muerte. De esta forma, los creyentes verían el interior de la iglesia/catedral como la salvación.
Notre Dame
Las gárgolas más famosas del mundo son aquellas que descansan en las cornisas de la Catedral francesa de Notre Dame en París. La estructura, construida en el siglo XIII, incorporó las figuras antropomorfas que se ven actualmente como parte de un plan de restauración de mediados de 1800, el cual estuvo a cargo del arquitecto Eugène Viollet-le-Duc y el escultor Victor Pyanet.
Las verdaderas gárgolas sufrieron el daño de las erosión por la lluvia y otras fueron removidas o destruidas entre el XVII y XVIII, en el periodo de la Revolución Francesa.
Las figuras que hoy en día adornan Notre Dame, son una mezcla de varios animales fantásticos que ni siquiera cumplen funciones de 'gargola'. Hay una quimera es solo un adorno, esculturas grotescas, un wyvern -pequeño dragón de dos patas- y un Styrga o 'gárgola que escupe'.
La principal leyenda en torno a las esculturas fantásticas de la catedral parisina, dice que tras el asesinato de Juana de Arco -acusada de herejía y póstumamente beatificada-, las gárgolas despertaron y bajaron a aterrorizar a la ciudad.
Además, la catedral y estas figuras inspiraron a Victor Hugo para escribir su historia Nuestra Señora de París (1831), novela que en 1996 fue la base de la película animada El jorobado de Notre Dame (Disney).