Game of Thrones ya está en su recta final. Tras estrenar su octava temporada el pasado domingo 14 de abril, dio pasos agigantados hacia el cierre definitivo de la trama que nació en 2011.

Uno de los sucesos que marcó el regreso de GoT, fue la llegada de Jaime Lannister a Winterfell, concretando así lo visto en la séptima temporada, en la cual decide alejarse de Cersei y cumplir la promesa de combatir a los Caminantes Blancos junto a los Stark y Daenerys Targaryen.

Sin embargo, al primero que ve es a Bran, el niño que arrojó al vacío desde lo alto de una torre hace ya 8 años. "Un viejo amigo", fue la forma que usó el joven Stark para referirse a él, pero la Madre de dragones no lo verá de la misma forma.

En entrevista con Variety, Nikolaj Coster-Waldau -quien interpreta a Jaime Lannister- analizó la evolución de su personaje a lo largo de la serie. ¿Es culpable o inocente? ¿Prevalecen sus pecados o sus buenas acciones?

"Creo que la palabra 'cambio' sería una forma de definirlo. Tuvimos que adaptar y redescubrir su identidad de muchas formas. Al mismo tiempo, está el remanente de la dedicación que dio a su compañera de vida, Cersei. Él dijo en el episodio 1 'Las cosas que hago por amor', y luego hace algo realmente horrible. Eso aún le pesa, creo que hará lo que sea por aquellos cercanos a él", dijo Waldau-Coster sobre su personaje.

Denominado 'Matarreyes' por todos, la Madre de dragones lo acusa de asesinato y traición contra el 'Rey Loco', pero Jaime salvó a los habitantes de Desembarco del Rey de un incendio voraz que el monarca quería provocar para dar fin a la rebelión del Rey Robert.

También siguió a Cersei hasta el final. La apoyó en conspiraciones, mentiras y trampas, hasta que se dio cuenta que para su hermana -y amante-, él era solo un peón más.