Caminando por Av. Vicuña Mackenna desde Plaza Baquedano en dirección sur, si uno se detiene en la calle Viña del Mar se encuentra con una estructura cuyo estilo arquitectónico difiere de los locales comerciales que predominan en la avenida.
De balcones y ventanas elaboradas, piezas rectangulares que pertenecen una al lado de la otra, terminaciones ornamentadas y gárgolas de expresión más bien grotesca; la actual sede del Consejo de Monumentos Nacionales brinda una dosis de estilo neogótico en el límite entre Providencia y Santiago.
No por nada se denomina "La casa de las gárgolas". Siguiendo el estilo de la Catedral de Notre Dame en París, destaca por las esculturas en las cornisas con criaturas fantásticas y adornada fachada que data de 1929.
Según explica José Quintanilla, arquitecto y docente de la Universidad Católica, desde mediados del XIX que hay influencia neogótica en Chile, ya que en aquella época el país se separó de la corona española y el Estado dejó de estar unido a la Iglesia.
"Debido al auge económico se generaron barrios residenciales y el momento es también coincidente con la llegada de inmigrantes y colonos extranjeros al país. La visualidad del estilo gótico fue considerado oportuno para generar un dominio territorial y una clara identidad de templo católico", dijo Quintanilla en conversación con Culto.
El diseño de La Casa de Gárgolas no fue un capricho del arquitecto Eduardo Costabal Zégers. Don Melitón Moreno, empresario agrícola de Curicó, encargó al hombre tras la Basílica de Lourdes (Quinta Normal) un residencia diferente a al patrón arquitectónico español.
Años después, la propiedad pasó a manos de particulares y fue usada como consulta médica. En 1997, el barrio fue declarado Zona Típica o Pintoresca, por Decreto Especial Nº 1.043 y partir de allí comenzó a sonar fuerte que La casa de las gárgolas se declarara monumento.
En el 2000, la 'casa' -perteneciente a privados- fue permutada al Ministerio de Bienes Nacionales, institución que al año siguiente la promulgó Monumento Histórico.
Las gárgolas, cuya función práctica consiste en desviar la acumulación de aguas-lluvias, son también una expresión artística: "En su ejecución los artesanos gozaban con ciertos grados de libertad para crear y sobretodo comunicar. No podemos perder de vista que todo en el gótico es comunicación, las vidrieras no son decoración, así tampoco las gárgolas", dijo el arquitecto.
Demonios que invitan feligreses
En el número 746 de la calle Santo Domingo, se alza la omnipotente Basílica de Lourdes en la comuna de Quinta Normal. Desde finales de siglo XIX que el templo católico venera a la Virgen Inmaculada Concepción con una estructura conformada por una cúpula de 70 metro de altura y un campanario lateral.
Su diseño estuvo a cargo de los arquitectos Andrés Garafulic Yancovic y Eduardo Costabal Zegers (el responsable de La casa de las gárgolas). No fue hasta 1893 que se finalizó su diseño inicial. Entre mosaicos aplicaron el arte bizantino, y con las estructuras altas, bóvedas y esculturas demoníacas, adoptaron el estilo neogótico.
No son pocas las estructuras que siguen este estilo en Santiago, las cuales son rescatadas en el libro Templos Católicos Neogóticos. Santiago de Chile 1850 - 1950 de la profesora de la Universidad de Chile Mirtha Pallarés.
Si bien en Chile predomina la herencia arquitectónica hispana (basta ver el modelo de damero en el centro de las ciudades más antiguas), la influencia francesa, alemana e inglesa dicen presente en algunas estructuras.
Al respecto, José Quintanilla menciona edificios como la Parroquia Niño Jesús de Praga (1917-1920, sector poniente del Centro Histórico de Santiago), Santa Filomena (1892, Sector Norte del Centro Histórico de Santiago) y la Basílica del Salvador (1870, sector poniente del Centro Histórico de Santiago).
Ubicada en Huérfanos con Almirante Barroso, fue construida por Teodoro Burchard en 1871 y declarada Monumento Nacional en 1977. Sin embargo, los terremotos ocurridos entre 1985 y 2010 causaron daños que a la fecha no se han reparado.
Es desde la entrada de aquella edificación apoyada por vigas de madera en los costados, que las criaturas del imaginario medieval vigilan atentas a los feligreses y paganos.
Gárgolas ocultas acechan la capital
Más allá de las principales dosis neogóticas, existen esculturas antropomorfas repartidas por Santiago, especialmente por el centro de la capital entre remanentes de estructuras que emulaban castillos.
En barrio Lastarria (Estados Unidos 214) hay una esquina que parece una entrada a otra época. Con escaleras de piedra, cadenas y ventanas con vitrales, desde el techo acecha una figura reptiliana. Pero es en la calle Cienfuegos (en el número 37) que en una casona residen animales que parecen discutir entre sí.
En el ex Teatro Carrera (Alameda 2185) observan desde la entrada rostros bufonescos, mientras que en el Hotel Boutique Luciano K vigila desde las alturas una mezcla entre reptil y ave.
Construido en la década de los 80, el cine y restaurant El Biógrafo (José Victorino Lastarria 333) tiene dos animales de fantasía en su entrada principal, mientras que en Av. República 475, se ocultan entre cornisas.
En principio conocido como Palacio Heiremans, fue construido en 1925 -contemporáneo a La casa de las gárgolas- por el belga Amadeo Heiremans. Su función cambió con el paso de los años: por un tiempo fue la embajada española, en dictadura fue uno de los cuarteles de la CNI y hoy en día es el Museo de la Solidaridad Salvador Allende.
Otros puntos clave que adoptaron el estilo neogótico en Santiago, son por ejemplo el Palacio Falabella (actual sede de la Municipalidad de Providencia), La casa Flaño (conocida como 'La casa peluda' en barrio Lastarria), y el Palacio Cousiño (Dieciocho 438). "También hay presencia de este tipo de construcciones en Valparaíso y por supuesto Chiloé", precisó el docente.