Aún no lo confirmaba la prensa, mucho menos las autoridades. Apenas circulaban algunas imágenes y registros de video por las redes, cuando a las 18.15 horas de este lunes, en París, el agregado cultural chileno Justo Pastor Mellado (69) recibió un llamado telefónico que no esperaba: "Se está incendiando Notre Dame. Hay un pequeño fuego en la base de la aguja", le contó una amiga que vive cerca de la catedral parisina que ese día ardió entre las llamas.
El curador y crítico de arte, quien hace tres meses exactos asumió como agregado cultural en París, se encontraba algo lejos de allí, en su oficina con vista hacia un patio interior de la embajada chilena. Una hora después, cuando el incendio y la tragedia eran inminentes, Mellado salió del mismo edificio por una cita impostergable: el preestreno de Gloria Bell, la película del director chileno Sebastián Lelio. Tras la función y ya cerca de la medianoche, pudo constatar cómo los franceses, atónitos e inconsolables, lloraban a uno de sus grandes monumentos.
"Fue realmente aterrador, pues se quemó el armazón de la techumbre, de 100 metros de largo. Imagínate un bosque de robles milenario devorado por el fuego. Eso fue lo que empezó a arder hasta que en un momento dijeron que iba a caer, y al rato se derrumbó la aguja. Recién ahí la gente dijo chuta, esto es en serio", cuenta Mellado al teléfono.
-Al margen de las pérdidas patrimoniales, ¿cómo ha visto a los franceses ante el incendio de la catedral?
-Todo esto ha producido un sentimiento de fragilidad simbólica, y además todos han estado muy cautos sobre el origen del fuego. Lo único que se ha dicho es que estuvo potencialmente ligado a los trabajos de restauración que ya había en la catedral, que se abrió una investigación y punto. Y aunque la estructura del edificio quedó bien, no es menor todo lo que se derrumbó. Se deformaron y rompieron cristales, se quemaron reliquias y pudieron salvar otras. Esta restauración tomará al menos 30 años, y aquí ya hay quienes lamentan que no volverán a ver la catedral de Notre Dame. Eso es grave.
-¿Qué simboliza, como hecho histórico, el incendio de la catedral?
-La catedral de Notre Dame no es solo un templo católico, es la iglesia de la nación. De hecho, la editorial del diario Libération (de ayer) decía 'De la reina Margot a la Liberación: Notre Dame o la iglesia de la nación'. Es decir, más allá de lo eclesial, Francia redefinió el carácter de lo sagrado en el Estado gracias a la catedral de Notre Dame. Es un símbolo de su historia, pero a la vez demuestra que el patrimonio está siendo puesto en riesgo en cualquier momento.
El blog de un agregado
"He colgado una pintura de Gracia Barrios. Su título es Hombre del Loa", contó el curador en una de las entradas recientes de su blog. Hoy, la obra de la artista y Premio Nacional decora una de las paredes de su oficina en la embajada chilena en París.
El mismo sitio bien podría resumir estos tres meses que Mellado lleva radicado allá: también escribió sobre la rivalidad entre Pablo Neruda y Nicanor Parra por ser traducidos al francés; de sus impresiones del documental Santiago, Italia, de Nanni Moretti; de cuando la U. de Bordeaux nombró doctor honoris causa al cineasta Patricio Guzmán (La batalla de Chile), el 12 de marzo, yde su redescubrimiento de las escultoras chilenas Marie-Thérèse Pinto (1910-2000) y Juana Müller (1911-1952). Ambas vivieron, expusieron y murieron en Francia, y sin embargo se les desconoce en Chile.
"Planeamos hacer una muestra de una de las dos allá en Chile, quizás el próximo año", cuenta Mellado, y adelanta que entre sus próximas tareas están la apertura de un espacio cultural en el barrio Montparnasse con el nombre de Ángel Parra, el 18 de mayo, y una traducción al francés de Purgatorio de Raúl Zurita.
-Su predecesora, la pianista María Paz Santibáñez, hizo una gestión que fue reconocida. ¿Cómo piensa darle un sello a la suya?
-Habría que preguntarse quién reconoció esa labor, ¿no? En administración de cultura hay un principio fundamental y es que aquí nadie vino a inventar la rueda. Yo tampoco busco desmarcarme. El trabajo que me toca hacer aquí es de diplomacia cultural y dar curso a todo lo que ya existía, que no es poco. María Paz tenía otras redes, distintas a las mías, pero la verdad es que me toca estar en muchas cosas. A cada día su afán. Me verán metido en traducciones, patrimonio, museos, cine y todo lo que me toque ver, pero no se puede estar dando cuenta de todo. Al final este es un trabajo solitario, silencioso y del que no se hace propaganda.