Meses antes de ingresar a la Guerra de las Galaxias, Peter Mayhew (Inglaterra, 1944) fue un minotauro en Simbad y el ojo del tigre (1977). El actor apareció sólo en un par de escenas de la película fantástica creada por el stop-motion de Ray Harryhausen, para luego convertirse en Chewbacca, el papel que lo acompañó toda la vida.
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Por esos días, George Lucas necesitaba desesperadamente un actor de gran estatura, más alto que el villano Darth Vader, que pudiera ponerse en la piel del peludo wookie y compañero de aventuras de Han Solo.
Lucas se encontró con Mayhew cuando éste último trabajaba en la sección de radiología de un hospital. Sus 2 metros 18 centímetros fueron clave para quedarse con el rol, que interpretó en seis películas de la saga intergaláctica: además de la trilogía original (Star Wars, El Imperio Contraataca y el Retorno del Jedi), participó en La venganza de los Sith y El despertar de la fuerza.
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Tuvo que abandonar el personaje en los últimos años por problemas de salud, aparentemente causados por su altura: en 2013 debió someterse a un doble trasplante de rodilla, y en julio del año pasado sumó una segunda cirugía en su espalda. Hoy, su familia anunció que el actor falleció en su casa de Texas, sin especificar las razones.
Pese a que Mayhew no hacía la voz de Chewbacca, para los seguidores de la franquicia los movimientos corporales y la expresividad del actor fueron claves para la construcción del personaje. Un rol que siempre ha estado entre los favoritos de los fans de Star Wars, y que Mayhew repitió en diversas ocasiones: además de las películas, apareció caracterizado en series (como Glee y el show de los Muppets) y en visitas a hospitales para niños enfermos.
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Si bien descartó sufrir de gigantismo, su gran estatura fue tema central en su vida, para bien y para mal. Así lo dejó ver en los dos libros que publicó para el público infantil y juvenil, orientados a la aceptación de las diferencias y con sello anti-bullying: Crecer como gigante y Mi gigante favorito.