Game of Thrones, las campanas: fuego y sangre en King's Landing

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Daenerys está furiosa y nada ni nadie saca de su mente la idea de cobrar venganza. La dragona no tiene intenciones de perdonar lo que considera traición.


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La Madre de dragones fue desafiada de la peor manera: dieron muerte al segundo de sus hijos, ejecutaron a su amiga y destruyeron la mitad de su ejército. La leona se siente triunfante ante la dragona forastera, pero bastará una bestia alada para dar vuelta los papeles.

Resguardados en Dragonstone, los consejeros de Daenerys buscan la mejor estrategia para atacar la capital. Consideran que la cautela e incluso la diplomacia son mejores aliadas que el fuego -obviando el hecho de que ven a Jon Snow como mejor candidato al trono-, pero la mujer Targaryen se niega a ceder.

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Lord Varys se anticipa lo que cree que ocurrirá y pretende enviar un mensaje revelando que el verdadero heredero es Jon. De nada sirve, Daenerys ya sabe que entre sus filas se esparció la verdad que cuestiona su legitimidad. Ve a Jon Snow como traidor por contarle a Sansa, a Sansa por contarle a Tyrion, y a este por decirle a Varys antes que conversar el tema con su reina.

Era necesario castigar a alguien para infundir miedo entre los dudosos, y Lord Varys 'La araña' fue el elegido para morir quemado por un dragón sigiloso.

Jon Snow no quiere ser rey. Se lo dijo a Varys, se lo reiteró a Daenerys, pero a ella solo le importa que él tiene más convocatoria y si del cariño de la gente se trata, ya ha sido destronada. "No tengo amor aquí, solo miedo", le dijo Dany. "Te amo, siempre serás mi reina", pero la pasión no es suficiente. Daenerys elige el miedo para reinar.

A pesar de los intentos de Tyrion por hacer entrar en razón a su reina, desde un comienzo ella deja ver que su único objetivo es atacar, ya no se permitirá tomar el poder por las buenas. Advertida que el sonar de las campanas significa la rendición de la ciudad, parece hacer oídos sordos.

El fuego se ve en sus ojos, ni su mano tiene votos de confianza. Diciéndole que su hermano Jaime fue apresado mientras intentaba regresar a King's Landing, le advierte que su próximo error no será perdonado.

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Arya Stark sigue cumpliendo un rol protagónico. Tras asesinar al Rey de la noche, no se queda de brazos cruzados en esta, la última gran batalla. Con la determinación que la caracteriza se presenta entre los batallones del norte: "Soy Arya Stark, vengo a matar a Cersei".

Una de las escenas más emotivas fue aquella que reunió a los hermanos Jaime y Tyrion Lannister. Como mano de la reina, no fue difícil para el enano reencontrarse con el león dorado para salvar su vida y aconsejarlo por el bien de todos.

Esto no se trataba de devolverle el favor por haber salvado su vida anteriormente, Jaime era la única persona por el que realmente siente afecto. "Si no fuera por ti no hubiese sobrevivido mi niñez, fuiste el único que no me trató como monstruo".

En un abrazo fraterno mezclado con lágrimas, le ruega que convenza a Cersei de anunciar la rendición de la ciudad tocando las campanas, huir de la ciudad con él y hacerse una vida nueva en el lejano Pentos. Era la única alternativa.

Arde King's Landing

Las flotas Greyjoy y Targaryen se alistan en la Bahía de Aguasnegras. Los ejércitos Lannister aguardan afuera del muro que rodea la capital de frente a los Inmaculados y los norteños. Los ciudadanos huyen despavoridos para hallar resguardo y pocos de ellos logran ingresar a la Fortaleza Roja, el castillo supuestamente impenetrable donde aguarda Cersei. En paralelo, Arya y el Perro caminan con misiones claras: matar a la reina y la Montaña.

En medio de un silencio que no duró más de unos segundos, Daenerys llegó montada en Drogon oculta en el sol para llegar de improviso. Rápidamente aplica "Dracarys" en los barcos Greyjoy sin darles tiempo de cargar las armas diseñadas especialmente para matar a su dragón. Fue cuestión de tiempo para que también arrasara con aquellas dispuestas en el muro de la ciudad.

Si alguien podía ingresar fácilmente a King's Landing, esa era Daenerys y su bestia alada. Desde dentro abrió las puertas a los ejércitos con una llamarada imposible de controlar. El batallón destinado a proteger a Cersei se derretía como soldados de plomo y sabían que permanecer era inútil.

El pueblo inocente corría despavorido, rogaban que tocaran la campanas para frenar el infierno. Aquel sonido que confirmaba la rendición sonó por toda la ciudad. Jon Snow respiró aliviado y por un segundo parecía que Daenerys también, pero no. Ella quería cobrar sangre por sangre y el fuego fue su arma.

Jon mira con horror la masacre desatada por Daenerys, su reina. Ese no era el plan acordado. No era el curso que debían seguir. ¿Es esa la monarca que habían elegido?

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"La Fortaleza Roja nunca ha caído", repetía Cersei a Qyborn, que en realidad intentaba convencerse a sí misma, pero -tal como se dijo que el Titanic no podría hundirse- la Fortaleza Roja sí cayó.

En la costa, cuando Jaime logra llegar a aquel bote que Tyrion le prometió para huir, se encuentra con Euron. Son del mismo bando, pero Greyjoy -que sabe que se acerca su muerte- se empecina en irse a manos llenas al inframundo. Su regalo: cobrar la vida de Jaime Lannister. En una pelea completamente inútil, Euron deja malherido a Jaime, quien logra zafar de aquel loco. Puede seguir su meta de salvar a su amada.

A pesar de la destrucción que rodea el castillo, Arya y el Perro ingresar a la fortaleza, pero Sandor Clegane le dice a Arya que si sigue adelante va morir, que no sea como él, ciega por la venganza. "Cersei morirá de todas formas".

La joven Stark le agradece, y alternando escenas de muerte inminente en su huida, muestran que el Perro sí alcanza su objetivo de cobrar la vida de su hermano, La Montaña. No fue fácil. Aquel hombre bestia resucitado por la magia negra, casi lo asesina de la misma forma que quitó la vida a Oberyn Martell, pero los hermanos Clegane murieron peleando, sumidos en la llamas.

Cersei, arrancando sola en un estado de shock, contra todo pronóstico se encuentra con Jaime. Es al ver a su hermano-amante que se desmorona y se deja ver como una mujer frágil. "Quiero que nuestro bebé viva", le dice desesperada al ver que no tienen salida. Fundidos en un último abrazo, los últimos Lannister -exceptuando a Tyrion- mueren aplastados por el desastre detonado por Daenerys Targaryen.

En medio del silencio y las cenizas que caen como copos de nieve, reaparece Arya Stark. Su vida es valiosa para Game of Thrones considerando que nada ha podido acabar con ella. Con la determinación en sus ojos, monta un caballo blanco sobreviviente y cabalga por la ciudad incinerada. Su lista ya no importa, tiene otra misión que cumplir.

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