Declararle la guerra a Netflix puede ser tan improcedente como intentar exterminar las hormigas, pero virtualmente el Festival de Cannes batalla contra el gigante del streaming desde hace dos años. En 2017 el certamen estrenó dos filmes de la compañía del logo rojo en su competencia y aquella "provocación" bastó para que los exhibidores franceses pidieran una cláusula prohibitiva: que Netflix mantuviera en salas durante meses un filme propio antes de ponerlo en streaming.
El conflicto terminó con las ambiciones del festival de ponerse al día con la actividad fílmica en el territorio digital. Así fue como el primer festival en seleccionar a Netflix en competencia se transformó en su primer archienemigo.
En este campo de batalla mundial donde las películas de superhéroes cada vez ganan más dinero y una parte del cine independiente parece irse hacia las plataformas, el 72º Festival de Cine de Cannes luce como un refugio muy bien apertrechado del cine que antes solía estar presente en las salas. Recurriendo a la terminología de Hollywood, Cannes 2019 ha llamado a algunos de sus mejores superhéroes para que con sus largometrajes hagan del festival una fortaleza inexpugnable.
Se trata de "superamigos" del festival como Quentin Tarantino, Pedro Almodóvar, Terrence Malick, Jim Jarmusch, Ken Loach o los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne. Es decir, cineastas que ganaron la Palma de Oro o que estrenaron casi todas sus cintas acá. Tarantino y el canadiense Xavier Dolan hicieron sus filmes en el clásico formato de los 35 mm: ambas estarán en la competencia y, al menos la del realizador de Perros de la calle, fue terminada a último minuto.
"Es importante tener a Tarantino en Cannes, porque es uno de los grandes directores de su generación. Es un amigo y siempre es importante tener a los amigos acá", dijo el delegado general de Cannes, Thierry Frémaux.
La nostalgia saludable
Mientras se desarrollaba el encuentro de Frémaux con los periodistas se supo la noticia de la muerte de la actriz Doris Day y la pregunta le llegó como anillo al dedo para hablar de la nostalgia. "No estoy seguro de que los jóvenes sepan quién es y que representó Doris Day para el cine", respondió. "Cannes y el cine funcionan mucho a partir de la nostalgia", agregó.
De cierta manera esta edición mira hacia el pasado con una nostalgia saludable. Erase una vez en Hollywood, de Tarantino, es un completo ejercicio sobre una era del cine ya superada, pero al mismo tiempo anhelada. El actor Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y el extra Cliff Booth (Brad Pitt) buscan una vida mejor en el cine en 1969, más o menos en la misma época en que la actriz Sharon Tate (Margot Robbie) será el objetivo mortal de la pandilla de Charles Manson.
El manchego Pedro Almodóvar, nostálgico por naturaleza, revive los años 80 que lo vieron nacer profesionalmente en Dolor y gloria. La película con Antonio Banderas es, según sus palabras, una "autoficción" que muestra las horas bajas de un cineasta. Pronto, como recuerdo más vivo que el presente, emergen su infancia en la provincia española y luego sus inicios en el cine en el Madrid de los años 80.
Cannes no sólo llama a sus héroes del presente, sino que utiliza su propia máquina del tiempo para rendirle homenaje a Busco mi destino, el filme de Dennis Hopper que cumple 50 años y que se exhibirá mañana con la presencia de su co-protagonista productor Peter Fonda. El viernes, el plato será mayor: se dará El resplandor (1980), el clásico de Stanley Kubrick. Lo presentará el cineasta mexicano Alfonso Cuarón.
El miércoles también se le dará el galardón Carro de Oro a la trayectoria al director estadounidense John Carpenter y se mostrará su película La cosa (1982).
Pero Cannes prefiere el espíritu lúdico y la parodia para comenzar. Por ello se eligió la película The dead don't die de Jim Jarmusch para la apertura de hoy. El nombre lo dice todo: es una película de zombies en un pueblo de EEUU. El reparto es una colección de estrellas cercanas a Jarmusch y entre ellas están Adam Driver, Bill Murray, Tilda Swinton, Iggy Pop y Tom Waits. Según Frémaux es un largometraje que además funciona como crítica al EEUU de Donald Trump.
Otra de las películas esperadas en esta edición también tiene un aire algo fúnebre, pero por razones diferentes. En The hidden life, de Terrence Malick, dos de los actores ya murieron: el suizo Bruno Ganz y el sueco Michael Nykvist. El ganador de la Palma de Oro por El árbol de la vida (2011) reconstruye ahora la historia de Franz Jägerstätter (August Diehl), un objetor de conciencia austríaco que se negó a luchar por los nazis en la Segunda Guerra Mundial y fue ejecutado.
Festival controvertido para su propio gusto (mejor hacer publicidad que pasar desapercibido), Cannes 2019 se ha visto envuelto en la controversia de la Palma a la trayectoria al actor Alain Delon. Todo comenzó con críticas desde organizaciones feministas estadounidenses por su pasado de violencia intrafamiliar contra esposa e hijos. Levemente fastidiado, Frémaux puntualizó ayer: "No le estamos entregando el Nobel de la Paz. Lo estamos honrando como artista".