Miracle Workers: Dios existe (y no sabe hacer su trabajo)

No es el calentamiento global, ni las guerras o los malos gobernantes. Los problemas de la Tierra vienen directamente desde el Cielo.

Allá es donde las cosas no funcionan: Heaven Inc. es la corporación a cargo de hacer que el mundo ande bien, con departamentos como el de seguridad volcánica, nubes, animales y pezones masculinos, donde intentan encontrarles una utilidad. Todas estas áreas están a cargo de empleados 100% inútiles.

Además, su dueño y CEO, Dios (Steve Buscemi), es el más flojo de todos, está desencantado con la humanidad que ha creado y que cada día lo adora menos y lo insulta más, y por lo mismo ha decidido cerrar la empresa y eliminar su creación.

Así parte Miracle workers, la serie que TNT Series estrenó la semana pasada. Junto con Buscemi, el otro gran nombre de la ficción es Daniel Radcliffe, quien interpreta a un tímido y nervioso ángel, el único empleado del departamento a cargo de contestar rezos, que llegan por montones y son principalmente lanzados a la pila de los "imposibles". Radcliffe es el único trabajador de su área y hace tiempo se conforma con ayudar a alguien, de vez en cuando, a encontrar sus llaves o cosas por el estilo. Eso hasta que llega Eliza (Geraldine Viswanathan), una empleada que quiere hacer las cosas bien y que además hizo una apuesta con Dios: si logra resolver uno de los rezos imposibles en una semana, él perdonará a la Tierra y a la humanidad.

La premisa y el elenco son dos grandes elementos a favor, y en sus siete capítulos, las historias, los chistes y las actuaciones la sitúan como una de las comedias de este año que hay que ver. Es inocente y benigna, pero no por ello menos interesante.

Miracle workers logra con mucho ingenio hacer una comedia de oficina del "paraíso" y hablar de seres humanos (celestiales) que pueden ser inadaptados y quizás poco inteligentes, pero que al final tienen buenas intenciones y buscan ayudar a la humanidad. Una liviana trama encerrada en una oscura distopía, donde el Cielo es uno de los peores lugares para estar, con un líder ególatra y derechamente tonto. Punto aparte para las actuaciones de Buscemi y sobre todo Radcliffe, que están en el nivel que se espera de ellos, lo que ayuda a la entretención y al encanto de una historia que, mirando desde el cielo, habla de los problemas y los desencantos más terrenales y cómo las cosas pueden estar un poco mejor.