"Me da mucho gusto anunciar que a partir del mes pasado Mick Jagger y Keith Richards acordaron darme su parte de la canción Bitter Sweet Symphony. Esto es un gran gesto por parte de ellos, quienes también dijeron que están felices por excluir sus nombres como autores y de entregar sus regalías", escribió Richard Ashcroft en Twitter el jueves por la noche, el mismo día en que el ex líder del grupo The Verve ganó un Premio Ivor Novello por su destacada contribución a la música británica.

De esta forma se puso fin a una disputa de 22 años, que se inició poco después de que la banda inglesa lanzara el que es considerado uno de los temas claves de la música británica de los 90. La misma que tuvo su origen en junio de 1997, cuando se conoció el primer single del álbum Urban Hymns, que pronto alcanzaría el número dos de los rankings de Reino Unido y el número 12 en Estados Unidos, donde también fue nominado para un Grammy a la Mejor Canción de Rock, además de que su videoclip se convirtiera en uno de los más rotados en los canales de video música.

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Aquí es clave el nombre del fallecido manager de los Rolling Stones, Allen Klein, quien, a nombre de su sello discográfico ABKCO y poco después del lanzamiento del tema en cuestión, demandó a The Verve, argumentando que habían usado un pedazo más grande del sampleo acordado. Éste originalmente era de cinco notas del inicio de la canción The Last Time, de los Stones, pero en la versión en cuerdas que The Andrew Oldham Orchestra hizo del primer single escrito por Mick Jagger y Keith Richards.

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Sin embargo, la demanda se resolvió fuera de la corte, donde The Verve cedió todos los derechos de Bitter Sweet Symphony al holding de Klein, renunciando a las regalías de la canción y creando un nuevo crédito para su composición: Jagger / Richards / Ashcroft. Tras el acuerdo, Ashcroft bromeó: "Esta es la mejor canción que Jagger y Richards han escrito en 20 años".

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Por esos mismos días, el bajista la banda de Wigan, Simon Jones, reveló que la presión por ceder los derechos fue más fuerte lo que se pensaba, afirmando que: "Nos dijeron que iba a ser una división del 50/50, y luego vieron lo bien que le estaba yendo el disco. Llamaron y afirmaron que querían el 100 por ciento o 'que lo sacáramos de las tiendas'. Ante esto no tienes muchas opciones".

Un par de años después, en conversación con la revista Q, a Keith Richards le preguntaron si creía que lo que había pasado era justo, a lo que el guitarrista de los Rolling Stones respondió: "Estoy fuera de lugar aquí, esto es una mierda de abogados. Si The Verve puede escribir una mejor canción, pueden conservar el dinero".

En una entrevista de 2016 con el diario La Nación de Argentina, Ashcroft se refirió nuevamente al pasaje de la demanda, afirmando que lo que hizo el ex gerente de los Stones, quien falleció en 2009, "fue una artimaña, dijo que tenía los derechos de Bitter Sweet Symphony y se quedó con el cien por cien de las regalías de la canción".

En ese momento también afirmó a que los mismos Rolling Stones habían encontrado inspiración para The Last Time en This May Be the Last Time, un tema que el grupo góspel estadounidense The Staple Singers había grabado un poco antes y que según Ashcroft "es exactamente igual, en melodía y letra".

"Muchos años más tarde, encontré una versión orquestal de The Last Time. Hice un sampleo de un pedacito del tema. Puse 110 pistas encima de eso más una orquesta sinfónica. Le cambié la letra completa. Ese sampleo sólo aparece en la canción cuando entra la batería. La melodía que todos conocen, la de los violines, no es el sampleo, es sólo unas cosas con unas congas", concluía Ashcroft, recordando el inicio del drama sobre derechos que le toco vivir.

Más de dos décadas más tarde, la compañía que maneja la carrera como solista de Ashcroft decidió acercarse a Jagger y Richards y buscar un nuevo arreglo, lejos de los malos días con la firma de Klein. La pareja "de inmediato, sin dudar e incondicionalmente estuvo de acuerdo" en entregar las regalías, como reveló el ex líder de The Verve.

El artista además dio las gracias a todos los involucrados en el acuerdo: "Me gustaría agradecer a los que lograron esto: Steve Kutner y John Kennedy, de mi equipo, y a Joyce Smyth y Jody Klein, gerentes de los Stones. Por último, mi agradecimiento sincero y respeto para Mick y Keith. La música es poder".