El director chileno Patricio Guzmán fue reconocido en el Festival de Cannes con el premio Ojo de Oro al mejor documental en el Festival de Cannes por su trabajo La cordillera de los sueños, junto los directores de la cinta siria Para Sama. Es decir, se trata de una premiación ex aqueo o en conjunto.

Guzmán estrenó en el evento -tal como lo ha hecho con otros de sus trabajos- el documental sobre la cordillera de los Andes, que cierra su trilogía sobre la memoria iniciada con Nostalgia de la luz, sobre el desierto de Atacama y los desaparecidos, y El botón de nácar -premiada como Mejor guión en el Festival de Berlín-, en torno a los pueblos originarios que vivían en las islas del extremo sur chileno.

"Para nosotros los chilenos Los Andes es un conjuro de misterios. Está en los sueños de nuestra infancia y cuando estamos en el extranjero y abrimos los ojos y ya no hay nada, es una señal de alarma. Es una montaña que define nuestro carácter", señaló sobre el trabajo a Culto.

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Al momento de recibir el galardón, uno de los productores del filme afirmó en un mensaje que el género del "documental ocupe su lugar cada año en el Festival de Cannes, es un reconocimiento para todos nosotros".

"Los dos filmes que hemos premiado hablan de amor, de exilio, de resistencia y de la alegría de desobedecer juntos", subrayó el jurado, sobre la cinta de Guzmán y el documental sirio, el testimonio estremecedor de una madre en la ciudad sitiada y devastada de Alepo.

En esta cinta, el cineasta de 77 años se adentra en la "columna vertebral" del país para abordar la represión de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Según estimaron los evaluadores, Guzmán, a través de su obra, "no ha dejado de celebrar el amor de los chilenos por la libertad y la justicia social".

https://www.youtube.com/watch?v=hd3qfrJg8X4

Premio a Siria

El otro trabajo que fue galardonado es Para Sama. Se trata de un proyecto de la joven directora siria Waad al Kateab, en que busca explicarle a su hija nacida durante la guerra civil en su país, "la difícil elección" que tomó con su marido Hamza, médico, al decidir quedarse en la nación durante el periodo más sangriento del conflicto.

Con imágenes extremadamente duras que filmó en la calle y en el hospital, la cinta, codirigida con Edward Watts, causó una fuerte impresión en La Croisette.

A propósito de este premio ex aequo, Guzmán dijo sentirse "muy feliz" de compartirlo con la cineasta siria. "Es una formidable motivación para una joven cineasta y estoy muy emocionado porque me recuerda a mis propios inicios en Cannes en el 75 con la primera parte de mi filme La batalla de Chile".

https://www.youtube.com/watch?v=WOCfhqoAAP8