La larga ovación del pasado viernes 17 fue decidora. El documentalista chileno Patricio Guzmán (1941) volvía al festival de Cannes a nueve años del estreno de Nostalgia de la luz de 2010, donde obtuvo mención honrosa. Cinco años después, el realizador llevó El botón de Nácar (2015) hasta la Berlinale, donde se quedó con el Oso de Plata al Mejor guion y el premio del jurado. Ayer, precisamente la tercera parte de esa trilogía, La cordillera de los sueños, se quedó con el premio Ojo de Oro al Mejor documental del certamen francés.

La Palma de Oro, en tanto, recayó en el coreano Bong Joon-ho y su filme Parásito.

"Esta es una película muy simple, pero creo que poco a poco cautiva", dijo Guzmán tras el estreno. El filme muestra su lado más personal: además de los vestigios de la casa donde creció, revela imágenes suyas posteriores al Golpe de Estado de 1973, cuando se encontraba en plena filmación de La Batalla de Chile (1975).

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"Empiezo a contar mi propia vida. Con la gente metida en sus propios problemas, yo comienzo a hablar de mí. Qué pasó cuando yo era adolescente", explicó el director de 77 años y miembro de la Academia de Hollywood desde 2013, quien se encuentra radicado en Francia desde los 70.

El galardón recayó también en el documental sirio Para Sama, de la joven directora Waad al Kateab, que busca explicarle a su hija nacida durante la guerra civil en su país "la difícil elección" que tomó junto a su marido de quedarse en la nación durante el periodo más sangriento del conflicto.

"Los dos filmes que hemos premiado hablan de amor, de exilio, de resistencia y de la alegría de desobedecer juntos", subrayó ayer el jurado, sobre ambas cintas.

Guzmán, quien se encontraba ayer en París, recibió el mismo premio que en 2015 ganó la realizadora chilena Marcia Tambutti Allende por el documental Mi abuelo Allende. Al momento de recibir el galardón, uno de los productores leyó un mensaje del documentalista: que el "género documental ocupe su lugar cada año en el Festival de Cannes, es un reconocimiento para todos nosotros", dijo.

Producido por Atacama Productions, La cordillera de los sueños debutará en Chile a fines de año. "Para nosotros los chilenos Los Andes es un conjuro de misterios. Está en los sueños de nuestra infancia y cuando estamos en el extranjero y abrimos los ojos y ya no hay nada, es una señal de alarma. Es una montaña que define nuestro carácter", decía Guzmán a Culto a días del estreno.

Luego agregó: "Hay una generación actual, de escritores, cineastas, sociólogos, profesores universitarios que tienen claro que el país está en una situación de inacción enorme y que se empieza a analizar lo que el golpe significó".